Tender lazos, atar cabos, firmar pactos poniendo todo en el intento. Si uno no es capaz de ligarse a nada ni a nadie, al fin, ¿no quedará un poco solo, un poco triste, un poco a medias? Porque la vida no sólo es pasar, sino dejar huella, complicarse, implicarse en las cosas y en las luchas diarias que merecen un esfuerzo.
Que decir “sí, quiero”, no es sólo para el matrimonio, sino para mucho antes, para tantas pequeñas opciones que suponen apostar y poner un poco el alma en juego. Dejarse envolver en la vida, que grita y llama.
Pastoralsj
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