CUANDO AYUNES...

Dios nuestro misericordioso:
Muchas veces tenemos miedo 
de enfrentarnos a nosotros mismos
y de renunciar a nuestro apego 
a nuestras actitudes egoístas.
Hemos oído hoy las palabras de Jesús 
y participado en el banquete de su cuerpo y de su sangre.
Que todo esto nos ayude a resurgir de las cenizas del pecado
y renueve nuestro fervor y amor, 
para que le sigamos a él
por el camino estrecho de la vida,
caminando hacia ti y hacia los hermanos.
Te lo pedimos en este tiempo de gracia
por medio de Jesucristo nuestro Señor.

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