“¿Es que pueden guardar luto los amigos del esposo, mientras el esposo está con ellos?” (Mt 9,15)
El Espíritu nos regala el don de la alegría. A los amigos de Jesús se les distingue por la alegría. Sonríe al amanecer y agradece la vida. Cambia tu cara. Trabaja con alegría. Contagia el gozo de la fe a quien se te acerque. No olvides que eres amigo/a del esposo.
Contigo, Jesús, hay alegría.
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