JUNTO A LA CRUZ ESTABA SU MADRE


"Junto a la cruz de Jesús estaban su madre, la hermana de su madre, María la de Cleofás, y María la Magdalena. Jesús, al ver a su madre y cerca al discípulo que tanto quería, dijo a su madre: Mujer, ahí tienes a tu hijo. Luego, dijo al discípulo: Ahí tienes a tu madre. Y desde aquella hora, el discípulo la recibió en su casa"

Si María estaba "junto a la cruz de Jesús" en el Calvario, eso quiere decir que estaba en Jerusalén aquellos días; y si estaba en Jerusalén, eso quiere decir que lo presenció todo. A ella pueden aplicársele muy bien las palabras que pronunciaba la hija de Sión en su angustia: "Vosotros, los que pasáis por el camino, mirad, fijaos: ¿Hay dolor como mi dolor?" (Lm 1,12).

Pero a María se le pidió algo más difícil: que perdonase a los que mataban a su Hijo. Cuando oyó a su Hijo decir: "Padre, perdónalos, porque no saben lo que hacen" (Le 23,34), María comprendió enseguida lo que el Padre esperaba también de ella: que dijese también en su corazón esas mismas palabras: "Padre, perdónalos..." Y las dijo, y perdonó.

Un salmo que la liturgia aplica a María dice: "Todos han nacido allí... Se dirá de Sión: ‘Uno por uno todos han nacido en ella...’ El Señor escribirá en el registro de los pueblos: ‘Éste ha nacido allí"’ (Sal 87,2ss). Es verdad: todos hemos nacido allí; se dirá de María, la nueva Sión: Uno por uno todos han nacido en ella. En el libro de Dios está escrito, de mí, de ti, de todos y cada uno, incluso de los que todavía no lo saben: "¡Este ha nacido allí!"

Mercaba


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