SI DIOS HA MUERTO

A veces no siento tu aliento, tu presencia,
tu impulso. Esos días en que las cosas se
tuercen, en que parece que me faltan los
motivos, en que la alegría no lo es tanto y
los problemas resultan enormes. Entonces
me siento un poco menos vivo, un poco
más cerrado, un poco más apagado.
Entonces parece que cuesta más encontrar
sentido a las cosas, y uno se siente más
lejano, menos hermano. Entonces uno no
se ve con fuerzas para mirar las propias
heridas ni para acompañar las ajenas… Y
sólo puedo volverme a ti y decirte,
ayúdame.

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