Reflejar la gratuidad en nuestra forma de amar. Así podrán conocer cómo ama Dios, cuando lo vean de forma limitada en nosotros.
Para eso, debemos tener el corazón arraigado en el corazón de Dios. Dios me quiere como soy. Caído o en pie de guerra. Herido o sin mancha. Débil o fuerte. Me quiere igual. Así es el amor gratuito de Dios.
Para eso, debemos tener el corazón arraigado en el corazón de Dios. Dios me quiere como soy. Caído o en pie de guerra. Herido o sin mancha. Débil o fuerte. Me quiere igual. Así es el amor gratuito de Dios.
Aleteia
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