En la oscuridad de la noche busco tu luz, que ilumina mis tinieblas. Tú me das la paz, en la medida que dejo que todas mis empresas las realices tú. En ti pongo mis cansancio y agobios, y viene hasta mi el rocío de tu consuelo, y la claridad de tu presencia, que me arrulla con cantos de liberación. Hazme manso y humilde de corazón, perdido y desapercibido, para encontrar en ti mi descanso.

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