LA ESPERANZA DIOS TE LA DIO



La esperanza cristiana – quizás menos conocida que la de la fe y la caridad– nunca debe confundirse con el optimismo humano, que es una actitud más relacionada con el estado de ánimo. Para un cristiano, la esperanza es Jesús en persona, es su fuerza de liberar y volver a hacer nueva cada vida.

La esperanza no es optimismo. La esperanza es un don, es un regalo del Espíritu Santo y por esto Pablo dirá: ‘Nunca defrauda’. La esperanza nunca defrauda, esperanza tiene un nombre. La esperanza es Jesús. No podemos decir: ‘Yo tengo esperanza en la vida, tengo esperanza en Dios’, no: si no dices: ‘Tengo esperanza en Jesús, en Jesucristo, Persona viva, que ahora viene en la Eucaristía, que está presente en su Palabra’.

Papa Francisco

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