Enséñame cómo se va a
ese país
que está más allá de
toda palabra
y de todo nombre.
Enséñame a orar a
este lado de la frontera,
aquí donde se
encuentran estos bosques.
Necesito que tú me
guíes.
Necesito que tú
muevas mi corazón.
Necesito que mi alma
se purifique
por medio de tu
oración.
Necesito que
robustezcas mi voluntad.
Necesito que salves y
transformes el mundo.
Te necesito a ti para
todos cuantos sufren,
para todos cuantos
padecen prisión,
peligro o
tribulación.
Te necesito para
todos cuantos han enloquecido.
Necesito que tus
manos sanadoras
no dejen de actuar en
mi vida.
Necesito que hagas de
mí,
como hiciste de tu
Hijo,
un sanador, un
consolador, un salvador.
Necesito que des
nombre a los muertos.
Necesito que ayudes a
los moribundos a cruzar el río.
Te necesito para mí,
tanto si vivo como si muero.
Es preciso. Amén.
Thomas Merton
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