SEMBRADORES DE ESPERANZA CON MARÍA


Tú, María, nos enseñas a ser testigos del amor de Dios en la vida de cada día, a ser sembradores de esperanza y de apoyo eficaz a los más pobres, a compartir nuestro tiempo con los más necesitados, porque si uno sufre todos sufrimos con él. Tú, María, que compartes para siempre la victoria y la vida plena de Cristo, eres aliento en nuestro camino. Contigo hacemos presente el Reino de un Dios, que siempre está a favor de la humanidad. Si nuestra fe vacila, te miramos a ti, Faro que alumbra nuestra noche, y nos brota una fe vivida y celebrada con el pueblo. Si los problemas de la humanidad nos roban la esperanza, te miramos a ti, mujer en la que se han cumplido las promesas y se acrecienta nuestra esperanza. Si el sentido de la vida se nos debilita, te miramos a ti, embellecida por la gracia, y de nuevo encontramos fuerzas para amar y anunciar el evangelio de tu Hijo Jesús.

Cipecar

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