VIVE LA ESPERANZA DEL ADVIENTO


¿Cómo vivir un auténtico Adviento si alrededor la fiesta, lo esperado, parece que ya ha llegado? Una buena actitud puede ser pensar que la esperanza es más que una preparación a algo que llega. Porque entonces cuando eso que esperamos llega, dejamos de vivir esperanzados. Algo de eso nos está pasando con esta Navidad sin Adviento.
La esperanza, la vigilancia, es más que un paso previo. Es toda una actitud vital de creer que todo puede ir mejor, y, de hecho, lo irá. Es una cafeína que nos activa, no un analgésico que nos duerme hasta que llegue el momento bueno. Si vivimos la esperanza del Adviento de este modo, poco importa que las luces estén encendidas, los mantecados comidos y los regalos envueltos. Porque, aunque todo eso esté ya en nuestra mano, lo que esperamos es más grande aún, y siempre lo será.
Si nos adelantan la Navidad, no importa. Porque solo nos están adelantando una parte de ella, buena, sí, pero no la mejor. Lo mejor siempre seguirá estando por llegar. Y sabemos cómo lo hará. Sin ruidos, sin luces, sin deslumbramientos. Lo reconoceremos por la sorpresa, por lo inesperado. Porque estaremos mirando hacia arriba y nos llegará desde abajo.
Alvaro Zapata, sj




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