Blanco Año Nuevo. ¡Brindo por este año que empieza! Y en ese brindis recuerdo a los que están sufriendo y conviven con el dolor, los que ahora mismo están empezando el año desde las habitaciones del hospital con sus sueños, sus esperanzas, sus ilusiones… Ninguno de ellos esperaba terminar el año y empezar el nuevo entre batas blancas, pero ahora que es así… De momento su año nuevo es blanco, por el pijama que le colocaron al llegar a urgencias, por las paredes de la habitación, por las sábanas impolutas, por la vestimenta de los que le atienden. Blanca la ambulancia en la que le trasladaron. Blanca la escayola de su pierna y el vendaje de su cabeza. Y blanca es ahora su mente. A Sergio le cambiaron sus planes navideños cuando su coche salió de la carretera. Todavía se asusta por lo ocurrido y a él que le encanta tener todo bajo control le desconcierta la situación. Parecía que estaba mejor pero ahora llegó la recaída.
A Marina le cuesta cada vez más respirar. Estas Navidades comerá las uvas en el hospital... ¡ojalá pueda! Espera el año nuevo con ilusión, agradece el que nunca está sola –siempre alguno de sus hijos la acompaña–. Para ella este año será blanco por el simple hecho de ser otro más que empieza... ¡será blanco por seguir viviendo!
A Luisito se le complicó la gripe este año. Las vacaciones del cole se las ha tomado por adelantado. Y él, entre sueros y jeringas, sólo piensa en una cosa: ¡los Reyes Magos! Ya está escribiendo su carta a los de Oriente para contarles que no está en casa y que, a ser posible, antes de la cabalgata le vayan a visitar al hospital. Para Luisito el año nuevo también es del color de la barba de Melchor.
Jaime este año no comerá las uvas con los suyos. Pero para él comienza un año distinto: comienza un año y a la vez es como si empezara de nuevo la vida. Gracias a la generosidad de una familia desconocida le pudo ser trasplantado el órgano que tanto esperaba. Recuperará su libertad al no tener que conectarse a una máquina día sí y día no para vivir. De color blanco son los folios en los que escribirá sus apuntes del curso que está deseando retomar.
Y es que se empieza de manera distinta cuando nos acaba de nacer un Niño de tierna mirada, que ve más la oportunidad que el fracaso; que hace posible lo grande en lo pequeño, lo fuerte en lo débil, el alivio en el dolor; que anima a la esperanza en el desaliento. Así, en los pasillos del hospital, se mira al año nuevo con fuerza para luchar, escuchar, avanzar, cuidarse y cuidar.
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