INVITADOS A LA FELICIDAD


No podemos ser tristes
los cristianos,
no podemos ser gente rutinaria,
no podemos relacionarnos con frialdad,
no podemos vivir lamentándonos,
no podemos ser criticones
y protestones,
no podemos generar malestares,
no podemos pasar inadvertidos,
no podemos vivir sin amar,
no podemos esconder nuestra relación con Dios.
Porque Jesús nos invita
a ser felices,
a tener menos cosas
para ser más libres,
a ser mansos
para sentir equilibrio interior,
a trabajar por la justicia para lograr el reino,
a ser pacificadores
para generar bienestar,
a biendecir de los demás, recalcando lo positivo,
a llorar junto a los que sufren o están solos,
a ser rechazados
o malinterpretados
por nuestra opción,
a sentir hambre
o evitar que otros la sufran
y a colaborar en la instauración del Reino de Dios,
que será la explosión de felicidad y de Amor para todos.
Mari Patxi Ayerra


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