ACÉRCATE A JESÚS RESUCITADO


Acércate a Jesús para tener vida. Por muy cerradas que estén tus puertas, Él quiere y puede entrar en tu vida, se pone en medio, es Fuente de Vida. Te regala la PAZ. En todos los anocheceres de tu vida, Jesús viene siempre a tu encuentro. 
Mi corazón te espera. Ven, Señor Jesús. Dame la paz.  
Mira las manos y el costado de Jesús. Son las señales del amor y de la victoria. Con ellas podrás caminar del miedo al anuncio misionero, del individualismo a la universalidad.  
Muéstrame, una y otra vez, tu amor. Sin ti me encuentro desamparado/a. Quita de mi corazón todos los miedos.
Alégrate al ver al Señor. No le pierdas el rastro a la alegría que Él te regala.
Sopla sobre mí y envíame tu Espíritu. ¡Cuánto necesito su valentía! Dame la paz para que pueda ser testigo de tu amor. 
Vive tu fe en comunidad. La comunidad no es un lujo, sino una necesidad para que descubras la presencia de Jesús; en ella puedes oír la fe a tus hermanos y hermanas. Su testimonio es un ruido ensordecedor de las cascadas de la vida nueva:
“Hemos visto al Señor”.  
Expresa tu fe. Dile a Jesús lo que el Espíritu pone en tu corazón. El no mira tus pecados, sino tu fe. ¡Dichoso tú si crees en Jesús!
Señor mío y Dios mío. Gracias por tu amor gratuito y total. Dame fuerza para ponerme en medio, como Tú, y seguir amando y sirviendo, como Tú.
Cipecar

No hay comentarios:

Publicar un comentario