La comunidad de los discípulos se expande. Requiere nuevas respuestas y estar siempre repensando su propia identidad, pero
en medio de su movimiento expansivo, no olvida jamás
la referencia que la construye Cristo-Jesús, resucitado piedra angular del edificio del Espíritu, y, para cada creyente «camino, verdad y vida». «Piedra angular, Palabra poderosa, Verdad, Camino, Vida desbordada.
La meta del camino, el Padre. En Él está Jesús y hacia Él quiere conducir a los suyos.
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