Parece que después de todo Jesús quiere darse a conocer aún mejor:
- Es el camino, transitable. En Él y con Él la posibilidad de encontrar sentido a todo. Solo requiere de nosotros buen calzado, algo de entusiasmo y decisión de caminar.
- Es la verdad, alcanzable. Cuando calla ante acusaciones y cuando alza la voz contra injusticias; cuando lava los pies y cuando se dejaba tocar; cuando nace y cuando muere… Siempre y en cada momento Él compromete toda su vida a la verdad. Y si queremos conocerla podemos mirar su rostro.
- Es la vida, inagotable. Y de alguna manera necesitamos acostumbrarnos a estar vivos. Él sigue despertando el deseo en nosotros y tocando nuestro corazón. Siempre empeñado en sacarnos de todo tipo de sepulcro.
¿No es una alegría que hoy Jesús se nos presente así? Lo mejor es que conociéndole a Él conozco también quién soy yo, y que estoy llamada a la vida, la verdad ¡y a caminar!
Acompasando
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