Vence las perezas y dificultades de última hora y sal de tu casa. Que tu vida no huela a cerrado. Haz una señal, la de los cristianos. Es una preciosa forma de comenzar todo. Canta una canción a María, la mujer peregrina: “Ven con nosotros al caminar, Santa María, ven”.
Camina sin ansiedad, muy abierto a las sorpresas. No se trata de llegar el primero a nada, sino de aprender a vivir. Si encuentras a alguna persona, salúdala con cariño. Las personas son lo mejor del paisaje.
Fíjate en la piedra, en su dureza y colorido; toca el árbol y su corteza; mete la mano en el agua del arroyo y escucha con atención la sinfonía de las pequeñas cascadas; adivina dónde se esconde el agua cuando veas juncos o hierba verde; detente ante plantas o insectos desconocidos; observa las hormigas con sus idas y venidas y sus fardos de comida al hombro; inclínate para oler las flores y las plantas... No olvides que hoy es la fiesta de tus sentidos.
Cipe
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