"Sígueme. Él se levantó y lo siguió" (Mt 9, 9)
Jesús va por la vida mirando con atención a todas las personas. Descubre en sus rostros la sed profunda que los habita. Nos sorprende que llame a un recaudador de impuestos, a un hombre considerado como ladrón, para formar parte de sus discípulos.
Llámame a mi también, Señor, y siéntame a tu mesa para comer contigo el pan de la misericordia.
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