Mons. José Antonio Eguren, afirmó que la actual emergencia del coronavirus es una buena oportunidad para redescubrir la importancia de la familia y precisó que la pandemia no se origina en Dios.
Así lo indicó el Prelado en su carta pastoral titulada “Señor Jesús, ten misericordia de nosotros”, en la que ofrece algunas reflexiones ante la epidemia del coronavirus que obliga, de acuerdo a lo decretado por el Gobierno , a que los ciudadanos se queden en casa.
“Este aislamiento social obligatorio que nos pide quedarnos en nuestros hogares, es una oportunidad valiosa para redescubrir el don de nuestra familia y su valor insustituible en la vida de la sociedad, porque sin familia no hay futuro, más aún el futuro de la humanidad pasa necesariamente a través de ella que es la célula primera y vital de la sociedad”, escribió el Arzobispo.
Tras alentar la oración en familia por todos los afectados por el coronavirus, el Arzobispo recordó que los padres son los primeros educadores y catequistas de sus hijos.
En este sentido, dijo, pueden explicarles “por ejemplo que Dios no es el origen de esta pandemia sino el pecado original; que Dios es un Padre providente que no abandona nunca a sus hijos y que es capaz de sacar mucho bien del mal; que el Cielo es nuestra verdadera Patria y destino”.
“Pienso en la oportunidad que tienen los padres de educar a sus hijos en la caridad, en el sentido de la solidaridad, el servicio, la renuncia y el sacrificio, frente a una sociedad hedonista y consumista que los arrastra al individualismo egoísta”, continuó.
“Pienso en la extraordinaria oportunidad que ofrecen estos días para tomar conciencia de las obligaciones y funciones de cada cual en el hogar para la buena marcha de la casa, y para tener un uso ordenado de la televisión, la internet y las redes sociales, privilegiando por encima de ellas las relaciones interpersonales”.
Aciprensa
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