VUELVE TU MIRADA AL PADRE


En tiempos de incertidumbre y preocupación como los que vivimos, cuando el agua se nos echa al cuello y se hace difícil dibujar una salida, nos descubrimos una vez más necesitados de una mirada cálida y esperanzadora. 

No podemos cambiar lo que nos ha llevado a la prueba, pero la Cuaresma nos ofrece una gran oportunidad para vigilar que no alimentemos esas leyes de tristeza, de soledad y de oscuridad que nos arrastran con fuerza de muerte. 

Quizá aceptar nuestra pobreza con sencillez y poco a poco ir apartando ruidos fatalistas y falsas satisfacciones inmediatas pueda abrirnos un poco más a la escucha del cercano y del Cercano. Oportunidad de apartar lo que estorba y volvernos a la mirada cálida y esperanzadora del Padre que nos hace brotar de nuevo.

E Ignaciana

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