NOS CUESTA DAR GENEROSAMENTE

No siempre nos es fácil dar algo de nosotros mismos a los demás. Parece que siempre tenemos algo en nuestro interior que pertenece a nuestros fondos reservados. Es decir, tenemos una parte de nuestro ser que nos cuesta dar generosamente a los que nos rodean, ya sea algo de nuestro tiempo, de nuestros recursos materiales, de nuestra atención…

Sin embargo, cuando miramos a Jesús resucitado lo contemplamos regalándonos toda su vida. No es una vida cualquiera, sino que somos invitados a compartir la existencia del Hijo de Dios. Para ello, primero Cristo se nos ha dado por entero, no se ha reservado nada para sí. Es tan grande el amor que nos tiene que ha sido capaz de renunciar a todo para que nosotros vivamos su vida. Mirando al resucitado, nos damos cuenta de que nosotros también estamos llamados a darnos gratuitamente a los demás. Hagamos que nuestra existencia sea un regalo para el mundo.

 E Ignaciana

No hay comentarios:

Publicar un comentario