«LOS MISIONEROS NO PODEMOS LLEGAR AL FINAL DE LA PANDEMIA"

     El obispo español en Kazajistán José Luis Mumbiela (centro) junto a un grupo de fieles en Almaty,         Kazajistán - ABC

El Domund resiste al coronavirus en España y logra enviar más de 11 millones euros a las misiones durante la peor crisis sanitaria de la historia reciente

Casi la mitad de la población mundial vive en alguno de los más de 1.100 territorios de misión instituidos por la Iglesia. Suelen ser regiones recónditas del planeta donde existen grandes dificultades económicas y falta de medios materiales. En casi todos ellos, hay algún misionero español. Es el caso del obispo José Luis Mumbiela. Desde 1998, este misionero nacido en Huesca (Aragón) trabaja en la diócesis de Almaty, Kazajistán, y desde el año 2001 es además su obispo.

Después de más de dos décadas en este país de mayoría musulmana, monseñor Mumbiela asegura que a través de «la oración y la caridad, la Iglesia va llegando a la gente incluso aunque no sea cristiana». «Dios mueve ficha porque quiere que la Iglesia esté en estos sitios y porque la gente además nos está esperando. Los misioneros no podemos ser los últimos, ni llegar al final de la pandemia porque siempre hay virus, problemas o necesidades. Tenemos que ser los primeros en acompañar a las personas», aseguró el prelado, durante la presentación este martes de la campaña del Domund (Jornada Mundial de las Misiones), que se celebra este domingo bajo el lema 'Cuenta lo que has visto y oído'.

La Iglesia en Kazajistán --según su obispo-- es «una iglesia joven, que está en pañales». «Es además una iglesia pobre pero agradecida con la ayuda de España. Para nosotros la ayuda del Domund forma parte del oxígeno que respiramos», comentó el prelado.

Pese al confinamiento y las restricciones impuestas en nuestro país durante la primera ola del Covid y que obligaron incluso a cerrar los templos, los fieles consiguieron destinar más de 11 millones de euros a las misiones. «La gente ha demostrado ser muy sensible a la situación de los cristianos durante la crisis sanitaria», afirmó el director de las Obras Misionales Pontificias (OMP) de España, José María Calderón.

Más de 7.000 españoles

La vitalidad de la Iglesia en territorios de misión además es palpable. Un sacerdote en territorio de misión atiende de media el doble de personas que un presbítero en una zona urbana. Aunque el número va en paulatino descenso, los misioneros españoles en activo superan actualmente los 7.000 y están presentes en los cinco continentes, sobre todo en América Latina, donde se concentran casi siete de cada diez.
Una joven misionera de la asociación JatariUna joven misionera de la asociación Jatari - ABC

«Aunque el perfil más común sigue siendo el de las religiosas, cada vez hay más variedad porque hay más jóvenes entre los laicos que se van a la misión. También hay muchos jubilados o prejubilados», explicó el padre José María Calderón.

Entre las nuevas generaciones de misioneros se encuentra Mónica Marín. Con veinte años esta logopeda fundó la Asociación Jatari ('levántate', en quechua) para ayudar a otros jóvenes «a dejar la comodidad del sofá» y ayudar en las misiones. Ella misma pasa cada año por esa experiencia en el Vicariato de San Ramón, en la selva central de Perú. «La misión es la manera más fresca de transmitir la buena noticia del Evangelio», aseguró.

El Domund (Domingo Mundial de las Misiones), cuya principal labor es atender la vida de la misión y de sus misioneros, se creó el 14 de abril de 1926 a iniciativa de Pío XI que ya en la fiesta de Pentecostés de 1922, año en que fue elegido Papa, interrumpió su homilía y, en medio del silencio, se despojó de su solideo y lo tendió hacia la muchedumbre que llenaban la Basílica de San Pedro, a la vez que pedía a toda la Iglesia ayuda para las misiones.

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