VIERNES 1 de abril 2022, "EL SEGUIMIENTO NO ESTÁ EXENTO DE DIFICULTADES"


 

EVANGELIO DE SAN JUAN 7, 1-2.10.25-30

PEREZA

A todos, alguna vez, nos entra un poco de pereza, de inapetencia, de desgana. Y en ocasiones nos dejamos llevar por ella, y es que no se puede estar siempre a mil, con las pilas cargadas y motivado para todo. Pero en ocasiones la pereza se convierte en actitud vital. Pasa de ser una situación puntual a guiar todas las respuestas que das, cada vez que se te pide algo. Siempre encuentra uno excusas para no hacer lo que no apetece. Se te ocurren mil planes mejores. Reconoces que no tienes ganas. O a veces, en lugar de eso, lo disfrazas de sobrecarga y agobio. Te viene a la boca, como un mantra siempre preparado, la explicación de que es que estás muy cansado y no puedes con todo –que a veces es verdad, pero a veces se convierte en una fachada para la vagancia, tan convincente que hasta uno mismo se lo puede creer–. Y terminas posponiendo siempre lo que te resulta duro, arduo o poco gratificante, mientras abrazas con entusiasmo lo apetitoso, lo fácil o lo emocionante. Es muy humano el que haya cosas que te apetezcan más que otras y el que uno prefiera lo cómodo y fácil a lo exigente.

El problema de la pereza como actitud vital es que termina haciendo que algunas cosas que son importantes –acaso imprescindibles– se pierdan y queden sin hacer. Por pereza puede uno dejar pasar algún tren muy necesario. O puede dejar en la cuneta a alguien que le necesita. El gran pecado asociado a la pereza es la omisión, y todo lo que, por su causa, puede quedar sin hacer.

Alternativa. No sé si es muy contemporáneo hablar de diligencia (que casi suena a carro de película del oeste). Hoy quizás diríamos algo así como que hay que ponerse las pilas y arrear. Como actitud, la diligencia, el ser diligente, es ser alguien que está preparado y dispuesto para ir sacando adelante las cosas. Es bueno para uno mismo, porque vas conquistando espacios, terrenos y ámbitos en la vida. Y es bueno para los otros, si las metas que te fijas tienen que ver con ellos. No se trata, al final, de ir por la vida con complejo de superhéroe o de salvamundos, pero sí de reconocer los propios talentos y ponerlos en juego para que den buenos frutos. 

José María Rodríguez Olaizola, sj 

JUEVES 31 de marzo 2022, "¿QUÉ MÁS SIGNOS NECESITAMOS, SEÑOR?"


 

EVANGELIO DE SAN JUAN 5, 31-47

MI NOMBRE EN TUS LABIOS

Escuché de ti mi nombre

como nunca antes.
No había en tu voz reproche
ni condiciones.
Mi nombre, en tus labios,
era canto de amor,
era caricia, y pacto.
Con solo una palabra,
estabas contando mi historia.
Era el relato de una vida,
que, narrada por ti
se convertía en oportunidad.


Descubrí que comprendías
los torbellinos de siempre,
las heridas de antaño,
las derrotas de a veces,
los anhelos de ahora,


y aún sin saber del todo
en qué creía yo,
tú creías en mí,
más que yo mismo.


Así, mi nombre
en tus labios
rompió los diques
que atenazaban
la esperanza.

 

José M Olaizola

SÁBADO 26 de marzo 2022, "ORACIÓN POR EL PUEBLO DE UCRANIA"


 

EVANGELIO DE SAN LUCAS 18, 9-14

LA CRUZ NO ES UN ADORNO

Si el titular es «los obispos alemanes contra la Cruz en los espacios públicos» (como se ha podido leer hace días en algunos diarios), lo normal es que te escandalice. O por lo menos te escame. ¿Cómo puede estar un obispo contra la exposición en los lugares públicos de la cruz? ¿No se supone que tenemos que defender nuestro espacio público, que cada vez parece más reducido?

Todo parte de la decisión del presidente de Baviera de que la Cruz figure en la entrada de todos los espacios públicos de ese territorio alemán. Pero te invito a que vayas más allá del titular. A que, si el tema te preocupa, te lo tomes en serio y busques cuál es la raíz del problema y por qué los obispos alemanes están reticentes.

La decisión del presidente de Baviera se motiva en que «la cruz no es un símbolo religioso, sino el símbolo fundamental de la identidad cultural del carácter cristiano-occidental», según sus propias palabras. Y aquí está el problema para el episcopado alemán. Para ellos la Cruz no sólo nos recuerda nuestra identidad cultural occidental, sino que es un recordatorio esencial de quiénes somos, porque mirando a la Cruz, sabemos quiénes somos. Lo que temen los obispos alemanes, en definitiva, es la apropiación de algo tan sumamente importante para nosotros y su resignificación como símbolo cultural. En palabras de Benedicto XVI, «tomar la cruz significa comprometerse para vencer el pecado que obstaculiza el camino hacia Dios, aceptar diariamente la voluntad del Señor, aumentar la fe sobre todo ante los problemas, las dificultades y el sufrimiento». Ese compromiso es algo serio para nosotros. Mucho. De hecho, sustentamos nuestra vida y nuestros deseos sobre él. La Cruz no es un signo de que pertenecemos a una civilización, si no signo del compromiso por el que hemos optado.

Lo que nos advierten desde el episcopado alemán es que el presidente de Baviera no está asumiendo ese compromiso, porque está buscando la reafirmación identitaria y cultural. Nos recuerdan que la Cruz es algo más serio que un adorno o una seña de identidad para los que somos cristianos. Es el símbolo de la entrega total, generosa y desinteresada al mundo. No es malo que nos lo recuerden alguna vez. Piénsalo así cuando te la colocas al cuello por las mañanas, cuando la ves en algún sitio público, cuando la tienes ante ti. Piensa cuánto de adorno es para ti y cuánto de símbolo de tus opciones profundas para esta vida.

 Álvaro Zapata, sj

 

¿QUÉ ES ORAR?

Escribió Arrupe una vez que solo la oración nos hace merecedores de la bienaventuranza que se le escapa a Jesús de entre los labios: «Te doy gracias, Padre, Señor del cielo y de la tierra, porque has escondido estas cosas a los sabios y entendidos, y se las has revelado a la gente sencilla. Sí, Padre, así te ha parecido bien» (Mt 11, 25-26). Pues bien, me atrevo a decir que pocos de los que leemos estas líneas somos, así de primeras, de esa «gente sencilla». Arrupe no se sentía así, ni tampoco veía ahí a los jesuitas a los que se dirigía. Por eso decía que solo la oración nos hace merecedores de esta bienaventuranza. Sin ella, nos creemos «sabios y entendidos». Con oración, recuperamos nuestro justo lugar de criatura.

La oración no es principalmente una práctica, un rezo, una meditación, un tiempo que dedico a contemplar tal pasaje o a leer tal texto. La oración es fundamentalmente una actitud. Por eso puedo orar cantando o tocando la guitarra; puedo orar con la respiración o con el cuerpo; puedo orar con palabras o sin ellas. Orar es todo lo que haga de forma consciente y libre en implorada presencia de Dios.

Orar es hacer cualquier cosa… sabiéndome bajo la atenta mirada de Dios. Por eso, puedo aprovechar esta cuaresma para orar intensamente de un modo nuevo para mí. Puedo leer despacio un libro espiritual, aprender a hacer silencio interior, tocar la guitarra, pintar o hacer una cuidada caligrafía, salir al campo y respirar en la montaña… Párate y di: «Esto es oración. A ti me dirijo. A ti te busco». Y entonces escucharás a Jesús diciendo: «Te doy gracias, Padre, Señor del cielo y de la tierra, porque has escondido estas cosas a los sabios y entendidos, y se las has revelado a la gente sencilla. Sí, Padre, así te ha parecido bien».

 

VIERNES 25 DE MARZO 2022, "Hablas, Señor, de maneras inesperadas y sorprendentes


 

EVANGELIO DE SAN LUCAS 1, 26-38

CON TU AMOR

EVANGELIO DE SAN LUCAS 11, 14-23

UCRANIA: FRANCISCO PIDIÓ PONER FIN A "ESTA GUERRA REPUGNANTE"

Este domingo  el papa Francisco alzó la voz e hizo un llamado desde El Vaticano a la comunidad internacional para que haya compromisos que permitan poner fin a una guerra que calificó de "repugnante” y de "masacre insensata”.

"No se detiene la violenta agresión contra Ucrania, una masacre insensata donde cada día se repiten atrocidades y no hay justificación para esto. Suplico a los actores de la comunidad internacional para que se comprometan para que cese esta guerra repugnante", dijo Jorge Mario Bergoglio, tras rezar el ángelus en la Plaza de San Pedro ante unos 30 mil fieles.

El líder religioso lamentó que de nuevo esta semana se han lanzado "misiles y bombas contra ancianos, niños, madres, mujeres embarazadas" y recordó que este sábado visitó el hospital Bambino Gesu, donde se encuentran algunos niños ucranianos ingresados víctimas de los bombardeos, y pudo comprobar como "a uno le habían amputado un brazo y otro estaba herido en la cabeza".

"Los buitres de la sociedad”

También quiso recordar a los millones de refugiados que huyen de las bombas y que han perdido todo, y expresó "su dolor" por los que no pueden escapar. "Ancianos, niños, personas frágiles se quedan a morir bajo las bombas sin recibir ayuda y sin la seguridad ni siquiera de un refugio antiaéreo", explicó Francisco, que se refirió a los bombardeos como "algo inhumano y sacrílego, porque va contra la sacralidad de la vida humana".

"Es una crueldad, inhumana y sacrílega", repitió Francisco en uno de sus llamados más duros desde que empezó la guerra, aunque, de nuevo, sin citar a Rusia en ningún momento. Tras llamar a no acostumbrarse "a la violencia y la guerra” y pedir generosidad para quienes escapan del conflicto, pidió atención para todas las mujeres y niños que huyen para que no caigan en manos "de los buitres de la sociedad", en una llamada de atención ante el peligro de la trata de personas.

DZC (EFE, Reuters, AP

 

TE SEGUIRÉ

EVANGELIO DE SAN LUCAS 2, 41-51

SACERDOTES AL SERVICIO DE UNA IGLESIA EN CAMINO

 



«Sacerdotes al servicio de una Iglesia en camino» es el lema que centrará este año el Día del Seminario. La Iglesia celebra esta jornada el 19 de marzo, solemnidad de San José. En las comunidades autónomas en las que no es festivo, se celebra el domingo más cercano. En este caso, el 20 de marzo.

La Subcomisión Episcopal para los Seminarios ha elaborado los materiales para apoyar la celebración de esta Jornada, que cada año se presenta como una ocasión para pedir, dar gracias y mostrar nuestra cercanía con los seminaristas, sus formadores y las vocaciones sacerdotales.


«Sacerdotes al servicio de una Iglesia en camino», lema de este año

El lema del Día del Seminario 2022 se inspira en el proceso sinodal en el que está inmersa la Iglesia. Así se explica en la reflexión teológica que se incluye entre los materiales. Y matiza, «el Sínodo universal en el que nos encontramos nos hace a todos ponernos en camino juntos».

Además se presenta la vocación sacerdotal como servicio. En el seminario, «los seminaristas aprenden a vivir el servicio y a servir a los hermanos, como parte integrante y fundamental de la vocación. Los intereses egoístas y el provecho propio han de desterrarse y deben dejar lugar al desarrollo de una vocación recibida para ser entregada. Solo desde la entrega la vocación recibe todo su sentido».

Y resume, «si decíamos que el ejemplo de la fraternidad sacerdotal constituye un impulso para los jóvenes que se plantean la vocación sacerdotal, también podemos afirmar que el testimonio de una vida entregada en el servicio infunde ánimos en el corazón de los jóvenes, deseosos de entregarse por completo a una tarea apasionante».

Conferencia Episcopal

VIERNES 18 de marzo 2022, "LO IMPORTANTE, SEÑOR, ERES TÚ"



 



 

EVANGELIO DE SAN MATEO 21, 33-43. 45-46

"¡EN NOMBRE DE DIOS, DETÉNGANSE!"



El papa Francisco realizó hoy un nuevo llamamiento para poner fin a la invasión rusa de Ucrania y a la guerra y denunció las duras repercusiones que tendrán que vivir los niños : "¡En nombre de Dios, deténganse!", exhortó.

"¡Jamas la guerra! Piensen sobre todo en los niños, a quienes se les quita la esperanza de una vida digna: niños muertos, heridos, huérfanos; niños que tienen como juguetes residuos bélicos ¡En nombre de Dios, deténganse!", publicó en Twitter, animando a rezar.

Francisco no ha escondido su profunda preocupación por la guerra que ha estallado en Ucrania tras el ataque del régimen de Vladimir Putin e incluso ha ofrecido la mediación de la Santa Sede.

Su secretario de Estado, Pietro Parolin, una especie de primer ministro vaticano, ha hablado con el ministro de Asuntos Exteriores ruso, Serguéi Lavrov, y le trasladó la voluntad de la Santa Sede de "hacer de todo, de ponerse al servicio de la paz".

Además de la ayuda enviada, Francisco ha mandado a dos cardenales a Ucrania para ofrecer sus servicios a la población y a los desplazados: son el polaco y limosnero papal Konrad Krajewski y el checo Michael Czerny, prefecto del Dicasterio para el Servicio del Desarrollo Humano Integral.

Además el papa visitó por sorpresa la embajada de Rusia ante la Santa Sede un día después del ataque de Rusia a Ucrania para manifestar su profunda preocupación.

Por su parte Parolin, en una entrevista publicada hoy por los medios vaticanos, volvió a apostar por la diplomacia, aunque apuntó que la Doctrina Social de la Iglesia "siempre ha reconocido la legitimidad de la resistencia armada frente a la agresión".

"Pero creo que ante lo que está ocurriendo es imprescindible preguntarse: ¿estamos haciendo todo lo posible para alcanzar una tregua? ¿Es la resistencia armada el único camino? Comprendo que estas palabras, ante la matanza de mujeres y niños, ante los millones de desplazados, ante la destrucción de un país, puedan sonar utópicas. Pero la paz no es una utopía", defendió.

E insistió en "la total disponibilidad" de la Santa Sede para cualquier tipo de mediación que pueda favorecer la paz en Ucrania.

Agencia EFE

TU MISERICORDIA SALOMÉ ARRICIBITA

EVANGELIO DE SAN MATEO 5, 43-48

"EN UCRANIA CORREN RÍOS DE SANGRE Y LÁGRIMAS"


Al concluir el Ángelus, el Papa imploró por el fin de los ataques en Ucrania y aseguró que la Santa Sede está dispuesta a todo por la paz Tras insistir en la locura de la guerra, el Papa hizo un llamado al diálogo y a la apertura urgente de corredores humanitarios, no sin antes agradecer a quienes hospedan a los refugiados y a los periodistas que informan sobre la trágica situación.

“Recemos juntos por Ucrania: tenemos sus banderas frente a nosotros. Recemos juntos, como hermanos, a Nuestra Señora, Reina de Ucrania. Ave María ...." Esta fue la invitación del Papa luego de lanzar un enérgico llamamiento por la paz en Ucrania. En una Plaza de San Pedro repleta de fieles y peregrinos, casi 25 mil personas, y enarboladas decenas de banderas azul y amarillo, todos rezaron en apoyo al pueblo ucraniano azotado por una guerra cruel e injustificada, desde el pasado 24 de febrero, cuando fuerzas militares rusas invadieron su territorio a furia de bombas y balas.

Destrucción y miseria

“En Ucrania corren ríos de sangre y lágrimas. No se trata sólo de una operación militar, sino de una guerra, que siembra muerte, destrucción y miseria. El número de víctimas aumenta, al igual que las personas que huyen, especialmente las madres y los niños”, expresó el Pontífice.

Acceso a la ayuda humanitaria

La necesidad de ayuda humanitaria “en ese atormentado país crece dramáticamente cada hora”, dijo el Santo Padre antes de exhortar una inmediata ayuda humanitaria:

“Hago un llamamiento sincero para que se aseguren realmente los corredores humanitarios y se garantice y facilite el acceso de la ayuda a las zonas asediadas, con el fin de proporcionar un alivio vital a nuestros hermanos y hermanas oprimidos por las bombas y el miedo”

Diálogo y sentido común

Francisco agradeció la hospitalidad de quienes acogen a los refugiados para luego exhortar a poner en primer lugar el diálogo y el sentido común:

Gratitud a los periodistas

El Santo Padre también agradeció la labor de los periodistas que arriesgan su vida para informar:

“¡Gracias, hermanos y hermanas, por vuestro servicio! Un servicio que nos permite estar cerca de la tragedia de esa población y nos permite evaluar la crueldad de una guerra”.

La Santa Sede está dispuesta a todo por la paz

“La Santa Sede está dispuesta a todo, a ponerse al servicio de esta paz”. Así lo subrayó Francisco al informar que dos cardenales han ido a Ucrania, para servir al pueblo, para ayudar. El Cardenal Konrad Krajewski, Limosnero de Su Santidad, para llevar ayuda a los necesitados; y el Cardenal Michael Czerny, Prefecto ad interim del Dicasterio para el Servicio del Desarrollo Humano Integral.

“Esta presencia de los dos cardenales allí es la presencia no sólo del Papa, sino de todo el pueblo cristiano que quiere acercarse y decir: "¡La guerra es una locura! ¡Para, por favor! Mira qué crueldad".

VATICAN NEWS



VIERNES 11 de marzo 2022, "SIEMPRE HAY TIEMPO PARA LA RECONCILIACIÓN"



 

 

EVANGELIO DE SAN MATEO 5, 20-26

CUARESMA, CAMINO HACIA LA ALEGRÍA PASCUAL

La costumbre es ver la Cuaresma como ese tiempo un poco lúgubre donde tenemos que encerrarnos a 'depurar' nuestra humanidad y nuestro ser cristiano. El único fin es vivir con intensidad la Pasión del Señor, y acercarnos con devoción, a la Semana Santa. Pero no es del todo cierto. La Cuaresma es camino, pero su final no es la Cruz, sino la alegría de la Pascua. Esto nos obliga a cambiar un poco la mirada de estos días que transcurrimos entre oraciones, ayunos y limosnas. Es desierto, para poder vivir la plenitud de la Presencia de un Dios que sale en cada rincón a llenarlo todo con su alegría. Es subida, porque toda meta requiere algo de sufrimiento, de costoso, de esfuerzo. Es Jerusalén, porque a la muerte le sigue la Vida, y no se trata de un punto y aparte, sino de un punto y seguimos. ¿A quién? A Jesús que da la vida por nosotros y que, con eterno amor, se entrega para salvarnos a cada uno en su propia situación y desde su propia realidad.

San Ignacio nos recuerda, en los Ejercicios Espirituales, la utilidad de las penitencias internas, que bien podríamos recuperarlas en este tiempo de Cuaresma. La finalidad, dice el santo, de este tipo de penitencias es dolerse por dentro. No se trata de vivir una Cuaresma solo retocando con cierto 'maquillaje cristiano' el exterior de nuestra vida. Tenemos que dejar que nos vaya calando la Gracia de Dios. Nuestro corazón ha de empaparse de esta gracia, de ese afecto a Jesús y a su Reino, que nos alcanzará en la alegría de la Pascua. Por esto, la Cuaresma tiene todo su sentido. Necesitamos tiempos, silencios, espacios… para dejarnos impregnar por dentro, para dolernos y afectarnos por las cosas de Dios, con el único deseo de traspasar el dolor y el sufrimiento de la Pasión para vivir en plenitud la Pascua.

La Cuaresma es un tiempo precioso para afinar nuestro interior: ser más sensibles a la realidad que nos rodea, buscar en ella las huellas de Dios que –como baldosas amarillas– nos conducen al encuentro, y dejarnos alcanzar por la gracia de un Dios que quiere para nosotros la felicidad y la alegría. Aunque cueste, aunque haya que recorrer caminos de subida y asumir muchas cruces. La Cuaresma merece la pena.

 

JUEVES 10 DE MARZO 2022, "DIOS ES RADICAMMENTE BUENO"


 

EVANGELIO DE SAN MATEO 7, 7-12

COMPROMISOS EN TIEMPOS DE GUERRA

Vemos estos días cómo cientos de ciudadanos ucranianos se están quedando en sus ciudades asediadas para defender aquello que consideran importante: su país, su futuro, sus familias y su manera de entender el mundo. Esto nos choca bastante a muchos –quizá más que cuando lo hemos visto en países menos asimilables al nuestro– porque nos interroga sobre lo que nosotros seríamos capaces o no de hacer en su situación. En ciertas ocasiones, poner un hashtag antes del siguiente trago de cerveza no es suficiente.

La narrativa hoy presupone la libertad individual como principal valor para las personas. Las campañas de marketing hablan de encontrar la felicidad y las políticas se centran en la búsqueda de las identidades personales e individuales. De lo que nadie habla hoy es del valor del compromiso. Especialmente el comunitario.

El valor del compromiso no es apreciado hoy en día. Nuestras relaciones, que pasan ya de líquidas a gaseosas, no se basan muchas veces en cumplir aquello que prometemos, sino en acudir a aquello que nos ofrecen. Cambiamos la pregunta «¿qué puedo hacer por ti?» por «¿qué puedes hacer por mí?», a sabiendas de que la primera nos obligaría a asumir responsabilidades que no queremos a largo plazo. Y cuando exprimimos al otro, nos vamos: «ya no me aporta nada».

En muchas ocasiones nos obligamos a comprometernos dando una palabra pública, contractualizando cada vez más nuestras vidas, porque nos da más miedo quedar mal que cumplir. Ocurre con frecuencia que ante luz y taquígrafos nos sentimos cómodos, porque cuando se apaga la lámpara y nos quedamos a solas, nos faltan enormes dosis de voluntad para poner en marcha nuestras promesas.

Tenemos la tentación constante de poner en redes nuestras renuncias, objetivos de año nuevo, el siguiente ítem en el gimnasio… pensando que así nos ponemos en valor frente a otros. El narcisismo se respira y pesa en los pulmones. Y ninguno estamos a salvo. El afán de protagonismo y de figurar nos devora por dentro, convirtiendo nuestros empeños en una suerte de reality show: solo si otro nos ve, nos sentimos con ganas de hacer.

No puedo negarle el valor al compromiso con los demás y con uno mismo –incluso el que busca figurar, porque peor sería no hacer nada–. Pero si hay un compromiso que vale oro es el que nadie ve. El que uno hace cuando el escenario queda a oscuras y no recibe aplausos. El que cumple con independencia de quién mire o supervise. El que se queda cuando todos se van y se pone a trabajar cuando todos terminan. Ese es el compromiso heroico.

«Tu vida vale, lo que valen tus compromisos», decía Miguel Gil, periodista asesinado en Sierra Leona. Quizá por eso nos impresionan los ucranianos. Sin ánimo de romantizar la guerra, que es siempre dramática, ellos ponen su vida en riesgo por su compromiso. Nosotros, de momento, no tenemos una guerra. Pero no siendo fiel en lo poco, difícilmente cumpliremos cuando se nos exija heroísmo.

 

PAZ Y AMOR

EVANGELIO DE SAN LUCAS 5, 27-32

LA IGLESIA GARANTIZA LA ASISTENCIA A LOS MÁS DÉBILES

Cuando los voluntarios de algunas ONG internacionales o empleados estatales abandonan los lugares más peligrosos del mundo, las comunidades católicas se mantienen; asistiendo a las personas

En los países donde los cauces normales de ayuda están rotos, sea por la corrupción o la violencia, las instituciones religiosas son esenciales para la solidaridad. En el caso de Ucrania, la red de parroquias, sacerdotes y religiosos que se mantiene sobre el terreno, garantiza la asistencia a las personas más débiles. Cuando los voluntarios de algunas ONG internacionales o empleados estatales abandonan los lugares más peligrosos, las comunidades católicas se mantienen.
A partir de ahí, el respaldo internacional de la Iglesia Católica este país de mayoría ortodoxa se aprecia en varios niveles. Para empezar en la ayuda concreta, con un millón de euros que ha destinado a Ucrania la organización Ayuda a la Iglesia Necesitada. Una cantidad que permitirá garantizar la sostenibilidad de una red en la que cuentan con más de 8.000 sacerdotes y religiosos sobre el terreno. Gracias a ellos se puede prestar especial atención a residencias de ancianos, huérfanos de guerra y comedores sociales.

 En segundo lugar, Caritas Internationalis ha puesto su red internacional al servicio de Ucrania. En realidad llevan ya trabajando en el país eslavo desde hace siete años, cuando comenzó el conflicto independentista en las regiones del Este del país. Según esta organización, además de los 14.000 fallecidos, hay más de un millón y medio de personas que han debido abandonar su hogar debido a la violencia en la zona.

Uno de los problemas que está tratando de afrontar en este momentos Caritas Internationales es gestionar que la ayuda llegue hasta el último lugar. El secretario general de Caritas Internationalis, Aloysius John, asegura que «en algunas zonas los bombardeos están impidiendo llevar la ayuda necesaria y desde el jueves pasado se han suspendido muchos desplazamientos».

Ucrania, una «catástrofe humanitaria»

La organización local, Caritas Ucrania, ha lamentado que el país se enfrenta a una «catástrofe humanitaria», por lo que han hecho un llamamiento internacional de emergencia. La recogida de fondos y de material de Emergencia ya se ha activado en muchos países de Europa y América. El país ya estaba sufriendo un conflicto de años y esta invasión ha supuesto la puntilla para muchas personas.
Otro papel importante es el que está jugando la Universidad Católica Ucraniana. Los estudiantes de este centro, cerca de la frontera con Polonia, han puesto en marcha la acogida de los desplazados desde las zonas de combate. Según uno de los portavoces cuentan con más de 3.000 voluntarios que trabajan para alojar a los refugiados en 80 localidades diferentes.

El Papa Franciscos con los ucranianos

Junto a la ayuda humanitaria, la diplomacia vaticana no ha dejado de trabajar desde el primer momento. El Papa no solo ha hecho declaraciones contundentes contra la guerra, sino que no ha dudado en presentarse por sorpresa ante la embajada de la Federación Rusa en el Vaticano para pedir a las autoridades que cese la violencia. También ha llamado telefónicamente al líder ucraniano para manifestarle su cercanía en estos momentos.
Por su parte, el secretario de Estado del Vaticano, Pietro Parolin, ha intensificado los contactos con la Iglesia ortodoxa rusa, muy cercana al poder, buscando vías de diálogo. Además, ha asegurado que el Vaticano se ofrece como mediador para ayudar a resolver pacíficamente la crisis. Tal y como asegura Parolin, «el único modo razonable de superar las diferencias es el diálogo, como el Papa Francisco no se cansa de repetir».
Junto a la ayuda material concreta y la oferta de diálogo hay un tercer factor importante para contribuir a resolver el conflicto. Es el llamamiento a la oración y el ayuno en todo el mundo para pedir por la paz. Este 2 de marzo, Miércoles de Ceniza, en todo el mundo se rezará por Ucrania. Una toma de conciencia global que pone en primer plano.
EL DEBATE