En cierta ocasión le preguntaron a Juan Pablo II por qué había elegido en 1986, la ciudad de Asís para convocar a los líderes de las distintas religiones del mundo a orar y ayunar juntos por la paz. El Papa respondió:
"He elegido Asís como lugar para nuestra jornada de oración por el significado especial del hombre santo que aquí se venera - san Francisco -, conocido y venerado por tantos en todo el mundo, como símbolo de paz, reconciliación y fraternidad. Es un ideal hecho de mansedumbre, humildad, de profundo sentido de Dios, de compromiso de servir a todos. San Francisco era un hombre de Paz".
Su sucesor, Benedicto XVI, nos ha dejado un precioso mensaje para la celebración del Espíritu de Asís:
“El encuentro promovido en Asís por el siervo de Dios Juan Pablo II, subrayó el valor de la oración en la construcción de la paz. Somos conscientes de lo difícil que es el camino hacia este bien fundamental, y a veces parece humanamente desesperante. La paz es un valor en el que confluyen muchos componentes: culturales, políticos, económicos, etc. Pero, en primer lugar, la paz tiene que construirse en los corazones. Ahí es donde se desarrollan los sentimientos que pueden alentarla o, por el contrario, amenazarla, debilitarla, sofocarla. El corazón del hombre, de hecho, es el lugar en el que actúa Dios. Por tanto, junto a la dimensión «horizontal» de las relaciones con los demás hombres, es de importancia fundamental la dimensión «vertical» de la relación de cada cual con Dios, en quien todo encuentra su fundamento”.
Hoy también nosotros nos unimos a la súplica confiada de toda la humanidad, que desea el don de la Paz y de la Unidad. Y lo hacemos … reunidos en oración, para rezar por los creyentes de todas las religiones, en torno a Jesucristo resucitado, luz ardiente en medio de nuestro mundo de tinieblas.
"He elegido Asís como lugar para nuestra jornada de oración por el significado especial del hombre santo que aquí se venera - san Francisco -, conocido y venerado por tantos en todo el mundo, como símbolo de paz, reconciliación y fraternidad. Es un ideal hecho de mansedumbre, humildad, de profundo sentido de Dios, de compromiso de servir a todos. San Francisco era un hombre de Paz".
Su sucesor, Benedicto XVI, nos ha dejado un precioso mensaje para la celebración del Espíritu de Asís:
“El encuentro promovido en Asís por el siervo de Dios Juan Pablo II, subrayó el valor de la oración en la construcción de la paz. Somos conscientes de lo difícil que es el camino hacia este bien fundamental, y a veces parece humanamente desesperante. La paz es un valor en el que confluyen muchos componentes: culturales, políticos, económicos, etc. Pero, en primer lugar, la paz tiene que construirse en los corazones. Ahí es donde se desarrollan los sentimientos que pueden alentarla o, por el contrario, amenazarla, debilitarla, sofocarla. El corazón del hombre, de hecho, es el lugar en el que actúa Dios. Por tanto, junto a la dimensión «horizontal» de las relaciones con los demás hombres, es de importancia fundamental la dimensión «vertical» de la relación de cada cual con Dios, en quien todo encuentra su fundamento”.
Hoy también nosotros nos unimos a la súplica confiada de toda la humanidad, que desea el don de la Paz y de la Unidad. Y lo hacemos … reunidos en oración, para rezar por los creyentes de todas las religiones, en torno a Jesucristo resucitado, luz ardiente en medio de nuestro mundo de tinieblas.
No hay comentarios:
Publicar un comentario