San Alfonso María de Ligorio, obispo, fundador y doctor de la Iglesia.

«Nosotros vemos hoy en día un castigo temporal más severo infligido en esto, que en cualquier otro pecado. Ve a los hospitales, y escucha los gritos de tantos jóvenes, que, en castigo de sus impurezas, están obligados a someterse a los más severos tratamientos y a las operaciones más dolorosas, y que, si se escapan de la muerte, estan según la amenaza divina, débiles y sujetos a los dolores más insoportables para el resto de sus vidas. "Por eso yo, el Señor, digo: Puesto que te has olvidado de mí y me has vuelto la espalda, tendrás que sufrir el castigo de tu libertinaje y de tus fornicaciones."» Ezequiel 23:35.

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