En
estos díasde crisis parece que todo se pone cuesta arriba, que las
circunstancias aprietan, que todas las puertas se cierran. Entonces muchas personas
tienen miedo de no encontrar la salida del túnel. Quizás es en esos
momentos donde tiene más sentido buscar un poco de calma. Respirar
profundo. Confiar en Dios, que no ahoga, ni siquiera aprieta, solo que
la vida es muy complicada. Dios está de nuestra parte y quiere lo mejor
para nosotros. Para mí. Para ti. Para todos. Y en su evangelio tal vez
encontraremos algunas respuestas que nos permitan seguir luchando.
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