A
veces en una semana tu Palabra se repite y me trae hacia la realidad invisible
a mis ojos, pero tan cierta como tu presencia alentadora en medio de esta
tarde, de la luz serena, del sol que existe siempre, aunque haya niebla, negros
nubarrones o cielo raso en la noche. Tú eres un Dios de vida, que existes desde
siempre y vives para siempre. Luz sobre toda luz.
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