En el principio existía la Palabra
Quedo en silencio junto a tu
Palabra. La rumio sin rumiarla, la respiro sin respirarla, la haces ser
en mí ser que es tuyo, me das vida en tu Palabra. Tu palabra en la
carne del niño Jesús. Junto a tu Palabra hecha carne me acurruco y quedo
en adoración quieta, sin palabras. Me regocijas en tu Navidad.
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