En ti, Señor, somos llamados
amados y predilectos. En ti está la fuente viva. En ti recibimos la
redención, el perdón de los pecados. De tu costado mana un agua viva,
que nos hace saltar hacia la vida eterna. En tu bautismo, Señor,
recibimos el ser hijos por adopción. Hijos del padre, hermanos del Hijo,
gracia tras gracia, bendición tras bendición. Danos tu Espíritu para
vivir como somos: amados y predilectos.
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