Jesús está donde está la vida, o donde la vida está a punto de perderse. Y siempre está a favor de la vida. Dejarse habitar por esta presencia da comienzo a un encuentro de oración. Un hombre percibe que nadie está excluido de su amor, ni de su perdón y le presenta con toda sencillez y verdad una necesidad vital. Cree en la palabra de Jesús. Y se pone en camino. Confío en tu amor, Señor, en tu bondad sin límites, nada es imposible para ti.
Totalmente de acuerdo. El, siempre a favor de la vida.
ResponderEliminarEs bueno tenerlo en cuenta y actuar en ésta línea SIEMPRE: con los mas cercanos y con los de los extrarradios...