" 4 puntos
en los que fallamos como padres"
Habla un padre
creyente ante el suicidio de su hijo
Nosotros, revestidos
únicamente con la sencillez de la experiencia que dan los errores, creemos que
fueron 4 los puntos vitales :
1. Incapacidad para
descubrir, en la edad temprana, los talentos, las aptitudes y las capacidades
innatas de nuestro hijo, desperdiciando de esta manera todo un potencial
motivacional, que habría sido fundamental para el desarrollo de su personalidad
y el fortalecimiento de su autoestima.
2.
Haberlo abandonado a su suerte en la etapa más difícil de su vida y cuando más
necesitaba de nuestro apoyo. Habíamos cambiado nuestro hijo por las
distracciones y placeres que nos ofrece el mundo. Un gravísimo error, máxime
cuando nos creíamos unos padres perfectos.
3.
Nuestra apatía para fomentar el diálogo con Camilo. Una herramienta
imprescindible y necesaria para cultivar la confianza. Ante la falta de
diálogo, las relaciones se enfrían y el amor se desvanece. Al no haber
confianza ni diálogo en nuestro hogar, Camilo buscó otros refugios.
4. Hoy
más que nunca, somos conscientes de la precaria formación espiritual que le
dimos a nuestro hijo. A pesar de ser católicos “practicantes”, nuestro
testimonio cristiano no fue suficiente para atraerlo y convencerlo, seguramente
a causa de nuestras incoherencias y fallos.
Estoy
plenamente convencido de que la vida de Camilo, unida a la nuestra como padres
suyos, son una experiencia real, llena de vivencias fuertes y desgarradoras,
que pueden servir a muchos otros -especialmente a padres con hijos pequeños-
como medio de sensibilización para reflexionar y evitar caer en los mismos
errores que nosotros.
Como
creyentes, vemos la vida y muerte de Camilo como una bella “Dioscidencia”, para
que, como sencillos instrumentos de Dios, podamos llevar un mensaje de luz y
esperanza a las familias.
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