El hijo del carpintero, el que está a nuestro lado, el que trabaja con sus manos, el artesano, el que crea belleza en la sencillez, el que pone su trabajo al servicio de los demás, el que pasa desapercibido, el que es uno de tantos. Haznos como José, santificativos en nuestros trabajos cotidianos. Bendice y consuela a todos aquellos que no tienen trabajo, y que sufren por ello. Haznos solidarios con ellos.
Mt 13, 54-58 ¿No es el Hijo del carpintero?
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