La bandera de los pobres no siempre ha contado,
ni cuenta hoy, con las manos de todos los cristianos
El Papa no ha dicho que los comunistas le robaron los pobres a la Iglesia, como han afirmado algunos medios de comunicación. En la entrevista concedida esta semana a la periodista italiana Franca Giansoldati, del diario romano “Il Messaggero”, literalmente estas son las palabras del Papa:
Yo digo solo que los comunistas nos han robado la bandera. La bandera de los pobres es cristiana. La pobreza están en el centro del Evangelio. Los pobres están en el centro del Evangelio. Tomemos Mateo 25, el protocolo sobre el que seremos juzgados: tuve hambre, tuve sed, estuve en la cárcel, estaba enfermo, desnudo. O miremos a las Bienaventuranzas, otra bandera. Los comunistas dicen que todo esto es comunista. Sí, como no, veinte siglos después” Y riéndose, añadió: “Así que cuando hablan, se les podría decir: pero vosotros sois cristianos”.
Esta claro entonces lo que el Papa dice. No dice que los comunistas nos robaron a “los pobres”, sino la “bandera de los pobres”, es decir, la bandera de su defensa, de la defensa de su dignidad y de sus derechos, la defensa de la justicia social, la defensa de los empobrecidos de la tierra. Y ya han pasado suficientes años tras la caída de aquellos sistemas comunistas que tenían subyugados a sus pueblos, para poder decir esto sin crear malentendidos.
Aunque tanto el marxismo como ideología materialista como el comunismo como sistema político totalitario aún son defendidos y están en vigor en algunos países del mundo, lo cierto es que ya son historia. Pero precisamente por eso no tiene que extrañarnos la afirmación del Papa, que no tiene pelos en la lengua. Ciertamente, durante décadas, en la opinión pública, se veía más la bandera de los pobres levantada por la izquierda política que por la Iglesia, y eso ha dejado huella en la percepción a largo plazo del clima de opinión.
No se trata de una acusación, sino de una constatación, de la que, en todo caso, no estamos libres de culpa los propios cristianos. La bandera de los pobres levantada por el socialismo real podría ser ficticia, aunque como decía San Juan Pablo II, muchos la levantarán bienintencionadamente. Pero la bandera de los pobres levantada por la Iglesia, no siempre ha contado ni cuenta hoy con las manos de todos los cristianos, pues no pocos siguen levantando la bandera de un liberalismo insolidario o, muy ocupados en su propio lucro personal, no levantan ninguna bandera.
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