Más de sesenta mujeres y niñas secuestradas por el grupo terrorista islamista Boko Haram en junio lograron escapar este viernes y volver a casa.
Lograron huir de sus captores cuando los hombres armados abandonaron el lugar donde se encontraban con ellas para atacar a militares del ejército de Nigeria en el área de Damboa.
“Dejaron a unos pocos cuidadores para vigilarlas y ellas aprovecharon para huir cuando estos dormían”, declaró un agente de seguridad al periódico nigeriano Premium Times.
Boko Haram mantiene todavía retenidas algunas personas secuestradasen junio en Damboa y más de 200 menores raptadas el pasado mes de abril.
Nigeria sufre muchas tensiones territoriales, políticas y sociales, pero el elemento religioso también está presente: “Boko Haram” significa “la educación occidental es pecado” y persigue establecer la sharia como norma vigente en todo el país, y no sólo en el norte de mayoría musulmana.
Actualmente, en el norte del país las iglesias cuentan con fuertes medidas de seguridad: todas las personas que entran en el templo pasan por un detector de bombas, y durante las misas u otras celebraciones, los coches no aparcan en las dependencias de las iglesias, sino únicamente a lo largo de la carretera.
Los cristianos de Nigeria, alrededor de 80 millones, tienen un mensaje unitario de respuesta a Boko Haram, a través de la Christian Association of Nigeria (CAN).
Pero la violencia de Boko Haram afecta también –aunque en menor medida- a los musulmanes. En el año 2013, por ejemplo, destrozaron mil iglesias y tres mezquitas.
Grupos cristianos estiman este grupo terrorista ha matado a 4.000 personas desde el año 2009, y en el noreste del país, algunos barrios cristianos se han convertido en ciudades fantasma porque sus habitantes han huido al sur.
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