UN VERANO Y UNAS VACACIONES PARA ANUNCIAR A JESUCRISTO



No perdamos el tiempo, anunciemos a quien nos salva. En la familia, en los campamentos, en las diversiones, entre los que necesitan de los demás, entre quienes sufren. 

Anunciar a Jesucristo con obras y palabras. Todos hemos visto o vivido situaciones muy diferentes: en nuestras familias, en nuestro trabajo, en algunos casos con falta de él, en nuestros estudios, en nuestra convivencia, en nuestras relaciones familiares y sociales, en nuestro crecimiento personal, en las dificultades que han atosigado nuestra vida y las de los nuestros. En todas esas situaciones, Jesucristo ha estado junto a nosotros, nos ha buscado para que demos más la vida y más de lo nuestro a los demás, a quienes más necesitan y para que, ante las dificultades, no nos encerremos en nosotros mismos.

A todos Él ha querido darnos a conocer su Amor y su Verdad. Quiere que experimentemos su cercanía y el deseo que tiene que todos pongamos la vida a disposición suya y ser cauces a través de los cuales llegue la Verdad y el Amor a todos los que nos encontremos en la vida. Al comenzar este tiempo de verano y para algunos de vacaciones, os invito a ser protagonistas de entrega del Amor y de la Verdad que es Jesucristo.

Hoy más que nunca existe demanda de Amor de Dios y de Verdad que es Él.

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