“María es la Virgen oyente, que acoge con fe la Palabra de Dios”
- En María la Palabra encuentra acogida. No vuelve a Dios vacía (cf. Is 55,11).
- María mantiene un diálogo íntimo con la Palabra que se le ha dado. “María guardaba todas estas cosas meditándolas en su corazón” (Lc 2,19).
- María deja que la Palabra ocupe todo su espacio interior y así siente unifica toda su persona.
- La Palabra se hace carne en su tierra de mujer y de madre. Se convierte en su palabra, ofrecida gratuitamente al mundo.
- María no exige la comprensión inmediata de la Palabra, porque eso es cerrar el camino a Dios (cf. Lc 2,50).
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