ALIMENTOS RICOS EN ÁCIDO FÓLICO

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El ácido fólico es el nombre por el que también conocemos a la vitamina B9, la cual es utilizada por el cuerpo humano en el proceso de creación de nuevas células, facilitando la curación de heridas, el correcto funcionamiento del sistema nervioso, la formación de músculos y el adecuado crecimiento del pelo y las uñas.

La presencia de esta vitamina en el organismo es muy importante para todas las personas, por lo que debemos procurar consumir alimentos que nos aporten la cantidad recomendada de ácido fólico.

Pero es en el metabolismo femenino donde cobra un papel fundametal, pues, según diversos estudios, previene la depresión en las mujeres y es indispensable para evitar malformaciones del feto durante el embarazo, por lo que toda mujer embarazada ha de tomar complejos vitamínicos o alimentos ricos en ácido fólico para que el feto se desarrolle adecuadamente.

La carencia de ácido fólico puede provocar una anemia grave. En las mujeres embarazadas puede dar lugar a anomalías en el feto, como la espina bífida o lesiones cerebrales, durante los primeros 45 días de gestación, periodo durante el cual algunas mujeres aún no saben que están embarazadas, razón de más para no olvidarse de tomar la dosis necesaria de esta vitamina.

Otros estudios recientes parecen haber demostrado que, además de ser una vitamina esencial para el buen funcionamiento del organismo, los hombres que deseen tener un hijo también deben cuidar la ingesta de ácido fólico, ya que, según los mencionados estudios, existe una menor incidencia de anormalidades cromosómicas en el esperma de los hombres que lo han consumido en mayor cantidad.

El ácido fólico es la única vitamina hidrosoluble que se almacena en el hígado, lo que quiere decir que no es necesario que se tome a diario.
¿Qué alimentos contienen ácido fólico?

Podemos encontrar ácido fólico en verduras como el apio, el brócoli, la coliflor, las espinacas, las acelgas o la zanahoria; en frutas como el tomate, las fresas, el plátano, la naranja, el aguacate o el melón; en carnes rojas; en las vísceras de animales (hígado, riñones, mollejas…); en el queso; en el yogur; en legumbres como las lentejas, los garbanzos o los cacahuetes; en los espárragos; en la levadura de cerveza; y en algunos cereales como el trigo, el arroz o la avena.

El riesgo por toxicidad se considera muy bajo, pero al igual que ocurre con todas las vitaminas, el exceso de ácido fólico en nuestro organismo puede tener efectos secundarios, como por ejemplo, producir los mismos trastornos para los que se utiliza como preventivo y, en el caso de las mujeres embarazadas, puede incluso llegar a ser perjudicial para el bebé.

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