En pocas palabras se nos comunica una fe y una esperanza.
En Dios podemos confiar, descansar, vivir seguros.
Vemos esta vida como un mar agitado, pues continuamente nos suceden cosas contrarias a nuestro deseo de bienestar, sosiego, triunfo, cosas.
Aprendemos a ver que todo se pasa, sólo Dios permanece.
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