Eucaristía
Comunidad Educativa Colegio Sagrado Corazón Fuencarral (Madrid) (14/XII/2014)
Canción de entrada: “Ding Dong”
Monición
de entrada
“ILUMINA TU MUNDO”. Atraídos por este mensaje,
la comunidad educativa de nuestro colegio, vamos caminando por este adviento de
nuestra historia. Y en esta nuestra andadura hemos caído en la cuenta que
nuestro mundo tiene “mucha noche…” No es nada más ni nada menos que nuestra
vida, nuestro mundo, las cosas que nos gustan, los seres que queremos, lo que
pensamos y la manera de pararnos frente a la vida. Esa es la parte que te toca
iluminar. Día a día.
La alegría es una fuente de luz inagotable. Y
además tu alegría también ilumina la vida de las personas que cotidianamente
están con nosotros.
La voz que clama en el desierto (Is 40,3) es la
del adusto profeta vestido pobremente, que nos preparará un corazón compasivo y
reconciliado. El que saltó de alegría en el vientre de su madre a la voz de la
doncella de Nazaret nos rompe con su anuncio la sordera del corazón, nos fuerza
a abrir los ojos y a mirar con audacia, diferente y nueva, a lo que se avecina
Que la Eucaristía que vamos a celebrar sea gozosa,
de alegre espera, de convencimiento que el corazón de Dios, que es Jesús,
siempre tiene las puertas abiertas.
Saludo
inicial
Acto
penitencial
Canción: “Señor, ten piedad”
Liturgia
de la Palabra
Lectura del
libro de Isaías
El
Espíritu del Señor está sobre mí, porque el Señor me ha ungido. Me ha enviado
para dar la buena noticia a los que sufren, para vendar los corazones
desgarrados, para proclamar la amnistía a los cautivos, y a los prisioneros la
libertad, para proclamar el año de gracia del Señor. Desbordo de gozo con el
Señor, y me alegro con mi Dios: porque me ha vestido un traje de gala y me ha
envuelto en un manto de triunfo, como novio que se pone la corona, o novia que
se adorna con sus joyas. Como el suelo echa sus brotes, como un jardín hace
brotar sus semillas, así el Señor hará brotar la justicia y los himnos ante
todos los pueblos.
Palabra
de Dios
Salmo
responsorial
R/. Me alegro con mi Dios
Proclama mi alma la grandeza del Señor,
se alegra mi espíritu en Dios, mi salvador;
porque ha mirado la humillación de su esclava.
Desde ahora me felicitarán todas las generaciones.
R/. Me alegro con mi Dios
Proclama mi alma la grandeza del Señor,
se alegra mi espíritu en Dios, mi salvador;
porque ha mirado la humillación de su esclava.
Desde ahora me felicitarán todas las generaciones.
R/. Me alegro con mi Dios
Porque el Poderoso ha hecho obras grandes por mí:
su nombre es santo,
y su misericordia llega a sus fieles
de generación en generación.
R/. Me alegro con mi Dios
A los hambrientos los colma de bienes
y a los ricos los despide vacíos.
Auxilia a Israel, su siervo,
acordándose de la misericordia.
A los hambrientos los colma de bienes
y a los ricos los despide vacíos.
Auxilia a Israel, su siervo,
acordándose de la misericordia.
R/. Me alegro con mi Dios
Lectura del santo evangelio según san Juan
Surgió un hombre enviado por Dios, que se llamaba Juan: éste venía como testigo, para dar testimonio de la luz, para que por él todos vinieran a la fe. No era él la luz, sino testigo de la luz.
Y éste fue el testimonio de Juan, cuando los judíos enviaron desde Jerusalén sacerdotes y levitas a Juan, a que le preguntaran: «¿Tú quién eres?»
Él confesó sin reservas: «Yo no soy el Mesías.»
Surgió un hombre enviado por Dios, que se llamaba Juan: éste venía como testigo, para dar testimonio de la luz, para que por él todos vinieran a la fe. No era él la luz, sino testigo de la luz.
Y éste fue el testimonio de Juan, cuando los judíos enviaron desde Jerusalén sacerdotes y levitas a Juan, a que le preguntaran: «¿Tú quién eres?»
Él confesó sin reservas: «Yo no soy el Mesías.»
Le preguntaron: « ¿Entonces, qué? ¿Eres tú Elías?»
Él dijo: «No lo soy.»
« ¿Eres tú el Profeta?»
Respondió: «No.»
Y le dijeron: « ¿Quién eres? Para que podamos dar una respuesta a los que
nos han enviado, ¿qué dices de ti mismo?»
Él contestó: «Yo soy la voz que grita en el desierto: "Allanad el
camino del Señor", como dijo el profeta Isaías.»
Entre los enviados había fariseos y le preguntaron: «Entonces, ¿por qué
bautizas, si tú no eres el Mesías, ni Elías, ni el Profeta?»
Juan les respondió: «Yo bautizo con agua; en medio de vosotros hay uno que
no conocéis, el que viene detrás de mí, y al que no soy digno de desatar la
correa de la sandalia.»
Esto pasaba en Betania, en la otra orilla del Jordán, donde estaba Juan
bautizando.
Palabra del Señor
Oración
de los fieles
1. Señor, en este Adviento
hazte presente en nuestra Iglesia, una
comunidad llamada a ser cauce del amor en el mundo y que a menudo bloquea tu
gracia y desfigura tu rostro. Roguemos al Señor.
2. Señor, en este Adviento
hazte presente en un mundo desigual, para que crezcamos en humanidad,
solidaridad, sinceridad y alegría. Roguemos al Señor.
3. Señor, en este Adviento
hazte presente, en la Iglesia y en las Franciscanas Misioneras de la Madre del
Divino Pastor, en todos sus centros educativos con las personas que los
integran, para que mostremos y ofrezcamos a todos los valores de Jesús de
Nazaret y todos crezcamos en oración, sabiduría, solidaridad y tolerancia. Roguemos
al Señor.
4. Señor, en este Adviento
hazte presente en aquellos que viven en la noche de la enfermedad, la soledad,
el hambre y el desamparo, para que sobre ellos amanezcan nuevas oportunidades
de vida. Roguemos al Señor.
5. Señor, en este Adviento
hazte presente en cada uno de nosotros, que queremos recibirte en nuestro
interior y llevarte a todos los que nos rodean. Roguemos al Señor.
Liturgia eucarística
Ofertorio
Canción:
“Hoy amaneció”
Plegaria
Eucarística
Es justo, necesario y
esperanzador darte gracias,
Padre de Jesús de
Nazaret,
porque toda la
creación nació de tu soplo creador.
Nos has entregado
esta tierra para que la administremos
y la hagamos bella y
fecunda.
Vemos, sin embargo,
que la creación que Tú sacaste de la nada
está marcada por la
corrupción, el odio y la mentira.
Tú quieres que todos
vivamos, que caminemos como hermanos,
que
nos apoyemos en el amor, la amistad y la fraternidad, nuestro lema del curso.
Al contemplar la
creación del mundo, de la vida, del trabajo
y de la fiesta, no
podemos menos de cantar tu gloria,
unidos, a la manera
de san Francisco, a todas las criaturas,
diciendo juntos el
himno de tu gloria:
SANTO, SANTO…
Canción: Santo…
Te damos gracias
porque enviaste al mundo a Jesús.
Él nos enseñó que
todo nos ha sido dado
para que lo
compartamos con todos:
tiempo y dinero,
cultura y ciencia, penas y alegrías, vida y muerte.
Él conoció las
tinieblas de este mundo.
Nos alumbró una
esperanza con su entrega hasta la muerte
y con su
resurrección: esperanza de gloria plena, de amor sin pecado,
de alegrías sin
lágrimas, de vida sin muerte.
Tú has constituido a
Jesús, nacido en un pesebre de Belén,
Señor de vivos y
muertos.
Recordamos aquella última cena que Jesús compartió con
sus amigos y en la que tomó un trozo de
pan, lo partió y se lo dio diciendo:
+TOMAD Y COMED TODOS DE ÉL, PORQUE
ESTO ES MI
CUERPO QUE SERÁ ENTREGADO POR VOSOTROS.
Luego, tomando la copa con el vino, dio gracias al
Padre, y se la pasó a sus amigos diciendo:
+TOMAD Y BEBED TODOS DE ESTE CÁLIZ
,
PORQUE ESTA ES MI SANGRE QUE SERÁ DERRAMANDA
POR VOSOTROS Y POR TODOS
PARA EL PERDÓN DE LOS PECADOS.
Y, añadió: haced esto en mi
recuerdo.
Recordamos hoy,
Padre, el fundamento de nuestra esperanza,
que es la
resurrección de tu Hijo.
Esperamos contra toda
esperanza el advenimiento final,
sin dejarnos abatir
por los dolores y contratiempos.
Envíanos tu Espíritu
para que unidos, en Jesús de Nazaret,
esperemos gozosos el
cumplimiento de tus promesas.
De este modo, nuestro
mundo y nuestro interior,
lograrán una libertad
plena, una justicia total.
Recordamos especialmente, a María
tu madre,
a san Francisco, a la Beata María Ana y a todos aquellos
cuyo puesto en la vida fue
similar al nuestro.
Acuérdate, Padre, del
Papa Francisco, de nuestros obispos,
de las Franciscanas
Misioneras de la Madre del Divino Pastor,
y todos aquellos que
te buscan con sincero corazón.
Acuérdate de nuestros
difuntos, que descansen en tu paz.
Que todos nos
reunamos en la Navidad final,
con los ángeles
cantando tus maravillas.
Desde el fondo más
profundo de nosotros mismos,
desde nuestra
esperanza básica, aún no destruida,
nos dirigimos a Ti y
te ofrecemos toda alabanza,
por los siglos de los
siglos.
POR CRISTO, CON ÉL Y EN ÉL…
Canción:
“Padre nuestro”
Canción:
“Paz, Señor, en el cielo y la tierra”
Comunión:
Canción: “Silent
Night”
Final: “Como tú, María”
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