María guardó en el corazón la palabra de Jesús. Se dejó conducir por el Espíritu, en un itinerario de fe, hacia un destino de servicio y fecundidad. Por eso, vive para siempre, es Madre de todos. ¿Qué guardas en el corazón? ¿Qué verdades cultivas en la oración interior? ¿Cuál es el tesoro de tu vida? ¿Cómo vives tu intimidad con el Misterio en la vida de cada día?
María, enséñanos a ser contemplativos de la Palabra de Jesús en la vida de cada día. Señora de la Vida ayúdanos a nacer a la vida para siempre, a la comunión con Dios y con los hermanos.
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