¡JESÚS HA RESUCITADO!


No puede ser casual que la Pascua coincida con la Primavera y que lo que cada ser humano no es capaz de comunicar a sus hermanos nos lo comunique la Tierra entera... 
 
Los cortos días del invierno alargan sus horas de luz, gritando a quien quiera oírlo: ¡Jesús es la Luz del mundo! 
 
Ni siquiera la noche, tan silenciosa, se queda callada y nos regala la primera luna llena de la Primavera... 

En cada amanecer mil pajarillos multicolores son los primeros en cantar la vida que anuncia la luz del alba ¿Y tú te quedarás callado? Vamos a despertar al mundo cantado con ellos... 
 
Durante el invierno los campos aparecen oscuros mostrando la tierra desnuda, embarazada de vida. El frío, la lluvia, la nieve... han preparando las semillas que han perdido el miedo a brotar y visten la tierra de color ESPERANZA... 
 
¡Nosotros resucitaremos con Él! Los árboles han custodiado bajo sus ásperas cortezas la savia y nos regalan una explosión de flores, de hojas, de vida... 
 
Y si aún dudas de que la piedra del sepulcro no logró sepultar la Vida, sal a la calle y observa, no hay piedras ni asfalto ni hormigón donde no se atreva a brotar la hierba o alguna flor, basta una pequeña grieta, apenas nada... 
 
Y ahora mira dentro, por favor. Si la naturaleza te regala lo mejor, ¿te vas a quedar atrás? No tienes un corazón de piedra, tienes un corazón de carne y puedes ayudar a quien se jugó la vida para enseñarnos a AMAR... 
 
No necesitas apenas nada; una sonrisa, una caricia y dejar el miedo en casa... Comprobarás que es muy fácil devolver la vida a tanto ser humano aparentemente muerto. El desamor hace estragos. Te necesitamos hermana y a ti también hermano... 
 
¡Y te necesitamos para AMARNOS como Él nos ama! 

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