El papa dice que Santa Teresa no se limitó a ser espectadora de la realidad que la rodeaba.
"Fue una comunicadora incansable del Evangelio"
Casi todas las cartas que
nos han llegado pertenecen a los años de madurez de su autora, y se sitúan en
el epicentro de su labor fundacional, coincidiendo también, significativamente,
con los momentos álgidos de su actividad reformadora.
Teresa goza de una extraordinaria capacidad para la comunicación.
Y las cartas revelan la necesidad de mantener viva la comunicación,
de crear proximidad, de alentar el diálogo, crear presencia, interesar
a los amigos en las cosas que lleva entre manos, e interesarse por las suyas.
Son alas para la comunicación.
Le abruman a veces, hasta el punto de no poder romper su cerco que se estrecha
y se endurece a medida que los «negocios» fundacionales se multiplican . Pero,
al mismo tiempo, comprendiendo que en las cartas
está la única posibilidad, en la mayoría de los casos, para conducir la reforma
en diálogo permanente con las comunidades y con las religiosas o personas de su
mayor confianza. La prueba de que no puede, ni quiere, renunciar a este medio
de comunicación es que, cuando la salud le impide hacerlo por sí misma recurre
a las secretarias . Y presiona sobre su tantas veces maltrecha economía para
llegar a tiempo al destinatario no escatimando «portes»: «hágame [merced] de un
propio; que acá le pagaremos, que para cosas semejantes importan poco los
gastos que se hicieren» (413,3).
P. Maximiliano Herraiz, ocd. Introducción a las cartas de Santa Teresa de
Jesús. Obras completas. Ed. Sígueme.
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