LA PALABRA SE HACE HUMANIDAD

La Palabra se hace humanidad, pero su fuerza creadora no queda encerrada en una humanidad estrecha, sin horizontes. La Palabra de Jesús, leída, escuchada, a veces no entendida, meditada, es el suelo firme para aprender, para reconocer. va dejando huella en el corazón y el entendimiento. Va tejiendo un espacio donde es posible el Encuentro con Él. 
Entrar en esta dinámica de libertad es esencial para que los orantes entendamos a Jesús y no apaguemos con nuestra mentalidad vieja la llama de amor viva del Espíritu. Así como Jesús crea situaciones incómodas, así la oración agita nuestra vida y la orienta hacia el proyecto del Reino. Contágianos, Jesús, la fascinante aventura de vivir como misioneros del Reino.
Cipecar

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