RAFAELA PIDE LA PALABRA


, el 4.11.16 a las 11:43 AM


Tiene la sana costumbre nuestra amiga Rafaela de leerse las lecturas del domingo con días de anticipación, y así cuando va a misa ya sabe de qué va la cosa. Pues bien, me dice, me cuenta que lleva toda la semana rumiando unas palabras de la primera lectura de este próximo domingo: “Estamos dispuestos a morir antes que quebrantar la ley de nuestros padres”.

Explícate…
Me explico.
No he tenido oportunidad en mi vida apenas de estudiar y de formarme como me hubiera gustado, pero en las cosas de la fe puedo decir que tuve una excelente maestra y unos sacerdotes que me supieron explicar el catecismo sin que hubiera duda alguna.
Me sé el credo con su pequeña explicación. Los mandamientos, sin problemas. Los sacramentos, imagínate. A lo que iba. Siempre, pero siempre, me han enseñado que la cosa del sexo solo dentro del sacramento del matrimonio, y de momento no entro en más, y fuera de eso siempre pecado mortal. En cosa del sexo, no hay parvedad de materia, para que veas que me acuerdo.
Pues te digo. A mí ya me pueden venir el cura, el obispo o el papa de Roma con otra historia, y que si sí, que si no, que depende, que ya veremos y que cada cual sabrá. Estoy dispuesta no solo a que se rían de mí, que ya me pasa, sino a morir si fuera necesario, pero esto no se toca.
¿Tú sabes lo que está pasando con todo esto, y con eso de que si los separados, los arrejuntados, los homosexuales -maricas se decía antes, que eso de gay no me sale- pueden comulgar? Yo te lo explico.
Lo que la gente está entendiendo es lo siguiente:
Primero de todo que la iglesia se tiene que adaptar a los tiempos. Así que, si la gente se separa, pues darlo por bueno, y si se arrejuntan, también. Que digo yo que vaya ridículo el de los mártires. Se podían haber adaptado a la costumbre de ofrecer sacrificios a los emperadores. Habían estado con su tiempo y se hubieran ahorrado el martirio.
Que es igual contraer matrimonio por la iglesia que no, que lo que hace falta es que se quieran. Un sacramento menos.
Que la misericordia consiste en que todo tiene que parecer bien, sea lo que sea,y que como Dios es bueno y es santo y es misericordioso, pues traga con todo como un abuelo medio memo. Así que no hace falta confesarse. Otro sacramento menos. 
¿Sabes la consecuencia? Facilito. Que si tú predicas lo que debes, la gente se va a enfadar, van a ir con el cuento al obispo y te vas a quedar con el trasero al aire. Así que tú verás lo que haces.
¿Y qué hago? ¿Lo dudas? Predicar lo de siempre, que es tu obligación. Por cierto, no hemos hablado de lo de Suecia. ¿Sabes lo que pienso? Pues que no sé qué leches pintamos en Suecia. Y no me hagas hablar más.
Un abrazo, Rafaela. De los grandes, ¿eh?
Jorge González Guadalix  Jorge González Guadalix
Parroquia de la Beata María Ana Mogas, en el barrio de Tres Olivos, de Madrid

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