Dame el poder verlas en lo sencillo, en lo pequeño, en lo que pasa desapercibido, en lo que no cuenta. Dame tu luz para ver tus maravillas diarias, en el ir y venir, en el descubrir el tenue amanecer que se desliza por el universo al son de tu música, alba y piano, vidrio mezclado con fuego, mar cristalino, ángeles que abren el día y tienen en la mano la cítara de tu amor. ¿Quién no temerá y no dará gloria a tu nombre?

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