¿Eres tú el que ha de venir o tenemos que esperar a otro?
Con esta pregunta, de un Juan Bautista desconcertado, en la oscuridad de la cárcel, comenzamos a orar: ‘¿Eres tú?’. Es una pregunta honrada, necesaria, inquietante que hacemos en un mundo que ni niega ni cree en Dios: ¿Eres tú, Jesús, nuestro Tú? ¿Es a ti a quien tenemos que esperar?
Hacemos la pregunta y nos quedamos en silencio, a la escucha de la palabra de Jesús, sin prisa: ¿Qué tiene que ver tu vida con la nuestra? ¿Eres tú quien puede darnos la alegría? ¿Eres nuestro Salvador?
“Cuando descubrí a Jesús, comprendí que no podía hacer otra cosa que vivir para Él” (Carlos de Foucauld).
Cipecar
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