Otra vez resuena en nuestros oídos la invitación de la carta a los Hebreos: "Así pues, nosotros, rodeados de una nube tan densa de testigos, desprendámonos de cualquier carga y del pecado que nos acorrala; corramos con constancia la carrera que nos espera, fijos los ojos en el iniciador y consumador de la fe, en Jesús." (Hb 12,1-2)
No hay comentarios:
Publicar un comentario