RENOVACIÓN DE VOTOS (Celebración)


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(Podemos ambientar con un icono del Cristo de San Damián, unos Evangelios y algún símbolo propio de esta celebración) 


MONICIÓN 

La celebración del Misterio Pascual es el centro de nuestra fe, de toda la vida de la Iglesia. En este marco del tiempo de Pascua, nos reunimos en nombre del Señor Resucitado, para renovar nuestro compromiso de vida consagrada al Señor, en la vivencia de los votos vividos en fraternidad. 

Nos sentimos unidas a toda la Familia franciscana, que en este día hace renovación de la profesión, recordando la aprobación oral de la “Forma vitae” que el Papa Inocencio III concede a Francisco en el año 1209. Unidos pedimos la luz y la gracia de vivir siempre anhelando cumplir su Voluntad. 

Lo hacemos ante este Icono de Cristo Crucificado de S. Darían, por el que Francisco se sintió llamado y con sus palabras, oramos juntas: 


¡Oh alto y glorioso Dios! 

Ilumina las tinieblas de mi corazón, 

y dame fe recta, 

esperanza cierta 

y caridad perfecta, 

sentido y conocimiento, Señor, 

para que cumpla 

tu santo y veraz mandamiento. Amén 

Canto - Me has seducido, Señor, con… 

De esta manera el Papa y en él la Iglesia, reconoce en Francisco a un hombre carismático, un hombre de Dios y aprueba su forma de vida, en la que se inspira María Ana, nuestra Fundadora, y en la que quiso seguir en fidelidad a la llamada que el Señor le hacía. 
También nosotras nos sentimos llamadas a revitalizar nuestro compromiso, a reafirmar nuestro Sí al Señor de nuestra vida y renovar en lo profundo de nuestro corazón que queremos ser para El y para su Reino. 


A modo de Salmo- Ant. “Señor, a Ti que sólo sabes amar, con sencillez te consagro mi ser”. 

(Se reza de forma participada, o se puede hacer una oración de resonancia, intercambiando la antífona) 


Yo digo de todo corazón: Tú eres mi Señor, el Dios de mi vida. Tú eres mi bien y fuera de ti no hay nada. 

Tú eres la alegría de mi corazón para siempre. 

Tú eres, Señor, el Todo de mi existencia, 

la plenitud de mi vida. 

Mi vida es para ti, mi Bien y mi Todo. 

Mis esperanzas están puestas en tus caminos. 

Tú eres el Dios que salva, porque tu nombre es amor sin medida. 

Con tu gracia y tu fidelidad mi suerte aseguras cada día; 

mi felicidad está pendiente de la palabra de tu boca. 

Te bendigo, Señor, porque me quieres y me aconsejas. 

De ti lo espero todo y es preciosa para mí, tu gracia. 


Puedo contarlo: 

Tú caminas a mi lado y guías el sendero de mi vida; 

Tú estás en medio de mi existencia y me hablas con ternura. 

Contigo me siento segura y la marcha se hace ligera; 

contigo no vacilo al dar mis pasos y me siento acompañada. 

Mi corazón se me alegra y mis entrañas saltan de gozo. 

Mi corazón descansa a tu lado. 

Tu espíritu me conduce a la verdad plena y me siento libre; 

tu amor, constante como una ola, da seguridad a mi vida; 

y tu rostro, como sol de mediodía, inunda de luz mis pasos. 

Eres mi delicia, eres mi esperanza; 

eres mi tesoro, eres mi bien; 

soy feliz contigo y salto de gozo. 

Lectora 1- 

Recordamos y celebramos como fue tocado el corazón de Francisco por el Evangelio, como resonaron en él las palabras de Jesús y se dejó seducir por ellas, de manera que desde ese momento se convierten en norma de vida para él y toda la orden. Francisco nunca sospechó la importancia que tuvo aquella experiencia para el futuro de los hermanos y de la Iglesia. Escuchamos los textos que aquella mañana tocó la vida de Francisco. 

Lectura : 

“ A estos doces los envió Jesús con la siguiente instrucciones: Id a las ovejas perdidas del pueblo de Israel. Id anunciando que está llegando el Reino de los cielo…Curad…gratis lo recibisteis, dadlo gratis. No llevéis oro, ni plata, ni dinero en el bolsillo, ni zurrón para el camino, ni dos túnicas, ni sandalias, ni cayado”. (Mt. 10,5-12) 

* “Jesús dijo; si quieres ser perfecto, ve a vender todo lo que tienes y dáselo a los pobres, así tendrás un tesoro en los cielos. Luego ven y sígueme”.(Mt. 19,21) 

* Entonces se puso a decir a todo el pueblo: El que quiera venir en pos de mí, que renuncie a sí mismo, cargue con su cruz de cada día, y me siga. Porque quien quiera salvar su vida la perderá; pero quien pierda su vida por mí, ése la salvará.”(Lc. 9,23-24) 

Lectora 2- 

Francisco llevaba un tiempo buscando y llegó el momento maduro en que dijo: “Esto es lo que yo quiero, esto es lo que yo busco esto es lo que en lo más íntimo de m corazón, deseo poner en práctica”(1 C 22). 

Dejemos que estas palabras vuelvan a resonar también en nuestra vida, sin duda forman parte de nuestro marco vocacional. 

(Música …Momento de silencio reflexivo). 

Canto. Yo quiero ser Evangelio viviente u otro. 

La forma de vida de Francisco y de cuantos queremos seguir a Jesús dentro de esta familia, se condensan en : 
“Guardar el Santo Evangelio de nuestro Señor Jesucristo, viviendo en obediencia, sin nada propio y en castidad”. (Rb1) 
Así también lo hemos profesado dentro de nuestro Instituto: 



“En Castidad, Pobreza, Obediencia y en Comunidad fraterna, queremos seguir a Cristo según el Evangelio, norma suprema de nuestra vida,…y testimoniar ante los hombres el amor gratuito de Dios…”(C15) 

Consagradas libremente para Amar 

Lectora 3 - 

Renovamos la primacía de Dios en nuestra vida, la primacía del Amor. En el Testamento, Francisco nos narra, en cierta forma, su historia, una historia tejida por un Amor más grade, que lo sedujo y él se dejó conducir. Desde su encuentro, su vida lleva el ritmo de Dios, con razón exclamará:“Mi Dios y mi Todo”. 

“Amemos, pues, a Dios y adorémoslo con puro corazón y mente pura, porque El busca esto por encima de todo…Y dirijámosle alabanzas y oraciones día y noche…(2Cta.F) 

Al igual que Francisco, María Ana nos ha dejado el testimonio de un amor exclusivo al Señor de su vida a quien rogaba: 

“…os pido…vuestro amor, el cual me despegue de todas las criaturas y especialmente de mí misma para no amar a otra cosa que a Vos y a vuestra santa Voluntad”. (C. de oraciones A) 

Recordamos como al profesar la Castidad por el Reino de los Cielos, don gratuito del Padre, nos hemos comprometido a vivir este Amor Primero a Cristo y con Él a todos los hombres. 

“Por la Castidad consagrada elegimos vivir con las Hermanas el Amor a Cristo de una forma nueva, más libre y comprometida. Esta forma de vivir el amor se convierte en signo y estímulo de caridad y es fuente de fecundidad apostólica.”(C 28) 


(Breve silencio y cantamos una ant. “yo quiero estar dispuesto a todo…” u otra) 

En obediencia al Padre 

Lectora 2- 

Esta es la experiencia personal de Francisco, en su relación personal con Jesucristo y este Crucificado ha descubierto la verdadera obediencia y disponibilidad suma a la voluntad divina. 

“…porque después que hemos abandonado el mundo, ninguna otra cosa hemos de hacer sino seguir la voluntad del Señor y agradarle” (1R 22,9). Y así lo pedía “…concédenos por ti mismo, hacer lo que sabemos que quieres y querer siempre lo que te agrada…”(CtaO 52) 

En esta misma línea, Mª Ana pide constantemente vivir en la voluntad del Padre y así ora diciendo: 

…sólo deseo que me deis a entender vuestra voluntad y os suplico me concedáis gracia para obedecer…”(C de oraciones A) 

Retomamos las palabras de nuestras Constituciones, en ellas se recogen nuestro querer, expresado en la profesión y que hoy renovamos: 

“A ejemplo de Cristo que vino a cumplir la voluntad del Padre… nosotras por el voto de Obediencia, ofrécenos a Dios libremente nuestra propia voluntad y aceptamos realizar sus planes…”(C 43) 

(Breve silencio y cantamos una ant. “Hágase tu Voluntad…” u otra) 

En pobreza, “sin propio” 

Lectora 1-                                                                     
                               
               La pobreza para Francisco, tiene como fundamento y modelo el anonadamiento de Cristo, quien “a pesar de su condición divina, no se aferró a su categoría de Dios, sino que se despojó de su rango, pasando por uno de tantos” (Filp. 2,5-6). Por eso Francisco no deja de luchar contra la apropiación que se esconde en las entrañas más profunda del hombre.

               “Los hermanos no se apropien nada para sí, ni casa, ni lugar, ni cosa alguna”(2R 6,1)

               Así entendió María ana la pobreza “sin propio”, con la confianza puesta en la divina Providencia, en desasimiento radical a toda posesión material, afectiva, espiritual, porque Dios es el Todo Bien.
               “Ya nada tengo, nada poseo que no sea don de tu liberalidad; todo lo depongo en Ti y lo abandono sin reserva a tu voluntad a fin de que dispongas de ello a tu agrado”

               También en nuestras Constituciones aparece recogido claramente este sentir de la pobreza evangélica, como la entendieron nuestros fundadores y en ella hemos profesado.
               “Por la pobreza voluntaria participamos más íntimamente de la pobreza y anonadamiento de Cristo…Esta elección exige una actitud interior de despojo a causa del Reino.” (C 31)
“…pues el Patrimonio  principal del Instituto ha de ser el amor de las religiosas al trabajo y a la santa pobreza”.(C 39)

(Breve silencio y cantamos una ant.  ¿Qué te puede dar?…” u otra)
                                                                                                                                                                                               Lectora 2-  Nosotras, que hemos hecho de la existencia una ofrenda a Dios para la causa del Reino, sentimos la fuerza  viva del Espíritu que nos urge y nos capacita para hacer visible la presencia amorosa y salvadora de Cristo, el Consagrado del Padre, prolongar su humanidad en el mundo de hoy.
En es el momento  hacemos nueva nuestra Consagración por medio de la renovación de la profesión, uniéndonos a todas nuestras hermanas y a toda la familia franciscana.

 (Dejamos un momento de silencio  en el que interiorizamos la fórmula de renovación)

Recitamos juntas:

       "En nombre de Dios Padre
Resultado de imagen de maria ana mogasque en Jesús me ha elegido                                                          
y me ha dado su Espíritu
para caminar hacia la perfección del amor
y porque Jesús  vivió virgen, pobre y obediente.

Yo… queriendo seguirle así,
bajo la protección de la Virgen María,
renuevo mis votos de castidad, pobreza y obediencia
conforme al espíritu y Constituciones de mi Instituto
de Franciscanas Misioneras de la Madre del Divino Pastor.
Y mi resolución de vivir sólo para Dios,
al servicio de los hombres, mis hermanos".

Canto- Tu eres el Bien,… A Ti ¡oh Dios!, Altísimo Señor… u otro…

Oramos (Se pueden hacer estas peticiones o participar espontáneamente con alabanzas o acción de gracias)
*       Te damos gracias, Padre, porque nos has convocado a seguir las huellas de Cristo nuestro Bien y a invitar a otros a hacer el mismo camino. Renueva en nosotras este deseo, y ayúdanos a traducir en opciones concretas.

*       Tú, Jesús, te hiciste pobre siendo rico y nos enriqueces con tu pobreza. Danos la gracia, según tu Espíritu, para participar en esta pobreza, buscando el Reino de Dios como lo único necesario, haciéndonos solidarias con los pobres de la tierra.

*       Tú, Jesús, fuiste obediente hasta la muerte de cruz y con tu libertad nos diste libertad. Aviva en nosotras la disponibilidad a la voluntad amorosa del Padre.

*       Tú, Jesús, que entregaste toda tu capacidad de amar por el Reino y nos llamas a la amistad contigo y con los hermanos, haz que en la fragilidad de nuestro ser humano podamos expresar la generosidad y la gratuidad de tu amor.

*       Ayúdanos a ser comunidades referenciales de Fe, de Esperanza y Amor y que cuantos nos vean se sientan llamados a vivir con alegría su vocación dentro de la Iglesia y en nuestro Instituto.

Oración final
“Omnipotente, eterno, justo y misericordioso Dios, concédenos por ti mismo a nosotros, míseros, hacer lo que sabemos que quieres y querer siempre lo que te agrada, a fin de que, interiormente purificados, iluminados interiormente y encendidos por el fuego del Espíritu Santo, podamos seguir las huellas de tu amado Hijo, nuestro Señor Jesucristo y llegar, por sola tu gracia, a ti, Altísimo, que en perfecta Trinidad y en simple Unidad vives y reinas y eres glorificado, Dios omnipotente, por todos los siglos de los siglos. Amén. (Cta O 50-52)

Resultado de imagen de divina pastoraCanto - (Terminamos cantando agradecidas el Magníficat  o a la Divina Pastora)                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                      

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