
Es tiempo de invocar ¡Ven, Espíritu Santo!, hasta la brisa, el viento, y la tormenta anticipan su llegada .
En el centro de nuestra persona, el Espíritu surge siempre, asumiendo nuestros deseos, iluminando nuestros sentidos, fortaleciendo nuestras actividades e integrando nuestra persona en torno al proyecto de Jesús .
En el centro de nuestra persona, el Espíritu surge siempre, asumiendo nuestros deseos, iluminando nuestros sentidos, fortaleciendo nuestras actividades e integrando nuestra persona en torno al proyecto de Jesús .
No hay comentarios:
Publicar un comentario