JESÚS SE ADMIRA DE SU FE


“Señor, tengo en casa un criado que está en cama paralítico y sufre mucho” (Mt 8,6)

Jesús se admira al oír la fe de un hombre, que no era mirado con muy buenos ojos por sus vecinos. Un hombre, que nos sorprende por su humanidad y por su humildad. Un hombre que se pone en camino de salvación con una gran confianza en Jesús.

¡Ven a mi casa, Señor, ven y sáname con tu amor!. Dime una palabra a mi soledad, a mis miedos, a mi esperanza. Que calle mi corazón y en ti descanse!


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